El convenio entre Agricultura y los bancos de alimentos de Aragón logra distribuir más de 650.000 litros de zumo
El zumo procede del millón de kilos de fruta donados al principio de la campaña
ZARAGOZA, 9 Nov. (EUROPA PRESS) –
Más de 650.000 litros de zumo han llegado a los bancos de alimentos aragoneses para su distribución entre los más necesitados. El Banco de Alimentos de Zaragoza recibía esta semana la última entrega de este producto elaborado con un millón de kilos de fruta que fueron donados por los productores al principio de la campaña agrícola.
Se estima que este reparto pueda llegar a unos 30.000 beneficiarios, a través de la entrega de dos litros de zumo durante un período aproximado de catorce semanas.
Estos zumos son fruto del convenio firmado el pasado mes de junio entre el Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación y los bancos de alimentos de Zaragoza, Huesca y Teruel, en virtud del cual el Gobierno de Aragón presupuestó una ayuda de 400.000 euros a estos organismos –200.000 euros para el Banco de Alimentos de Zaragoza, y 100.000 para cada uno de los Bancos de Alimentos de Huesca y Teruel–.
Ha sido la primera ocasión en la que, con fondos propios de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Alimentación, se otorga una cantidad tan elevada de ayuda para contribuir a mejorar la alimentación de los usuarios de los Bancos de Alimentos.
Aragón es una de las mayores productoras y exportadoras de frutas de hueso, como melocotones, nectarinas, paraguayas, albaricoques y cerezas. Su volumen de producción suele alcanzar las 500.000 toneladas anuales.
Esta producción frutícola sufre picos de producción asociados a la propia naturaleza del producto, que tiene una fecha única de recolección cuando alcanza su madurez, ocasionando alteraciones de mercado que merman considerablemente la rentabilidad de las explotaciones agrarias asociadas.
Por lo tanto, esta iniciativa cumple con un doble objetivo: por un lado, dar una utilidad a los excedentes de frutas como pueden ser melocotón, nectarina o paraguayos, al mismo tiempo que se incrementa la rentabilidad de las explotaciones y, por otro, satisfacer la necesidad de las personas más vulnerables, que en muchos casos no pueden acceder a este tipo de productos.