El colosal filón de la nueva era de la minería
El sector minero español atraviesa un momento de bonanza a la vez que se perfila un futuro mucho más prometedor. La creciente demanda de minerales críticos como litio, cobre y cobalto, esenciales para la transición energética al ser fundamentales en la fabricación de baterías y la infraestructura de energías renovables, como los parques eólicos y solares, le dan un mayor protagonismo. Con importantes reservas de distintos minerales, todo apunta, si se hacen bien las cosas, a que España asuma el liderazgo del sector en Europa. No obstante, hay importantes desafíos que resolver cómo reducir el tiempo de tramitación de permisos para proyectos mineros así como encontrar mano de obra y lograr el respaldo social.
En las últimas dos décadas, el sector minero en España ha apostado por la innovación, la sostenibilidad, la seguridad y la salud. «A partir de estos pilares fundamentales, los resultados solo han podido ser positivos, impulsando la actividad minera hacia un modelo referente en toda Europa, que obtiene cifras de empleo y producción muy positivas para dar respuesta y cumplimiento a la conocida como transición energética. Además, destaca también la aplicación de los estándares de seguridad y salud más exigentes», asegura Marta Cerati, gerente ejecutiva de Aminer, plataforma para el desarrollo de la minería metálica en España.
Pasos adelante
Alineada con la UE, España plantea una sociedad donde primen las energías renovables, la industria digital y aeroespacial, además del transporte eléctrico. «Estos objetivos serán posibles con las materias primas fundamentales ya extraídas (el cobre, la fluorita, el tántalo, el wolframio, la celestina, etc.), pero también impulsando y potenciando la investigación y la exploración de otros territorios nacionales donde ya señalan varios estudios científicos la presencia de más materias primas tanto fundamentales como estratégicas», añade. Según el Instituto Geológico y Minero de España, Andalucía cuenta con 17 de los 30 minerales que la UE considera fundamentales.
Cabe recordar que en mayo de este año entró en vigor el nuevo Reglamento Europeo de Materias Primas Críticas con el cual se pretende que Europa sea capaz en 2030 de extraer de su propio territorio el 10% de las que consume al año, procesar el 40% de esa demanda y reciclar el 25%. Actualmente la UE importa el 100% de 17 de los 34 materiales denominados críticos. Al amparo de esta ley, los estados miembros deben desarrollar sus propias normativas que garanticen la defensa y la promoción del sector. España se había adelantado con su propia estrategia plasmada en la Hoja de Ruta para la gestión sostenible de materias primas minerales, aprobada en agosto de 2022, que contempla 46 medidas para aprovechar sus recursos autóctonos, siempre de un modo sostenible. Se espera que este mismo año entre en vigor, una vez que se ha esperado a la normativa europea.
Según los últimos datos recogidos por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la industria extractiva en nuestro país cuenta con alrededor de 2.700 explotaciones activas, de las cuales 10 son de minería metálica, 165 de minerales industriales, 439 de canteras de roca ornamental y en torno a 2.100 de áridos. El sector emplea a cerca de 29.000 personas y factura anualmente en torno a 3.500 millones de euros, contribuyendo de forma importante a la economía local. El empleo directo e indirecto asociado a la extracción y primera transformación se estima en 90.000 trabajadores. Considerando el conjunto de la actividad (extracción, primera y segunda transformación), la cifra total se incrementa hasta 3.750 empresas, 4.650 explotaciones mineras y fábricas y 320.000 trabajadores, incluyendo empleo directo, indirecto, inducido y transporte, siendo el volumen de negocio en torno 26.600 millones de euros y el valor de las exportaciones de 11.800 millones de euros.
Sostenibilidad y ESG
«Uno de los impactos más significativos de la transición energética en el sector minero es el aumento de la presión regulatoria y la necesidad de cumplir con los estándares de sostenibilidad y ESG. Está obligando a las empresas mineras en España a adoptar tecnologías más limpias y mejorar sus prácticas de gestión para reducir su huella ambiental», indica Marta Sánchez Álvarez, socia responsable de Energía en EY España. La transición energética también ha impulsado la innovación tecnológica en el sector minero, lo que permite una explotación más eficiente y sostenible. «El uso de tecnologías como la inteligencia artificial, el análisis de grandes datos y la automatización de procesos está mejorando la productividad, al tiempo que reduce el impacto ambiental de las actividades extractivas», añade Sánchez. Resalta que las empresas mineras están adaptando sus operaciones para alinear sus actividades con los principios de sostenibilidad. «Esto incluye la reducción de emisiones, el uso eficiente de los recursos hídricos, la restauración ambiental y la mitigación de impactos sobre la biodiversidad. Este enfoque no solo mejora la imagen de la industria, sino que también responde a las expectativas de los inversores que priorizan los criterios ESG», apunta la socia de EY.
La referida innovación en este sector ha traído consigo la adopción de nuevos modelos de negocio que están transformando la minería tradicional. «El desarrollo de minas automatizadas y controladas remotamente está transformando significativamente la operación de empresas mineras como Rio Tinto», señala Marta Sánchez Álvarez. «Este modelo de negocio utiliza equipos como camiones, perforadoras y trenes automatizados, que son controlados desde centros remotos, mejorando la eficiencia. Trabajando en el desarrollo de camiones autónomos de cero emisiones, en colaboración con Caterpillar, para seguir avanzando en la sostenibilidad de sus operaciones», añade. La minería digital está transformando la gestión de las operaciones a través del uso de la IA, análisis de big data y sensores remotos para optimizar los procesos de extracción, mejorar la toma de decisiones y reducir los costes energéticos. «Las compañías mineras están invirtiendo cada vez más en energías renovables para reducir su dependencia de los combustibles fósiles y minimizar su huella de carbono», puntualiza la socia de EY. Además, la economía circular ha ganado relevancia en el sector minero como un modelo que busca maximizar el valor de los recursos a través del reciclaje, la reutilización y la reducción de residuos.
La industria extractiva en España cuenta con unas 2.700 explotaciones activas
La gerente ejecutiva de Aminer resalta el hecho de que a pesar de su alto coste, la minería esté apostando por el reciclaje para favorecer la economía circular. «De esta forma, se aprovechan los materiales y subproductos que se generan en las propias minas y antes se ignoraba su valor. Por otra parte, hay proyectos de gran envergadura como ‘CirCular’ de Atlantic Copper, una planta de recuperación de metales a partir de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en desuso, pionera en el sur de Europa».
Precisamente Ángel Cámara Rascón, decano del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, hace referencia al cambio que está viviendo esta profesión. «La imagen de un minero con la cara manchada de carbón se enterró hace tiempo y ahora hablamos de un profesional que desde un ordenador maneja la máquina», pone como ejemplo. «Y el camión que transporta el mineral no contamina», indica Cámara haciendo referencia a la importancia de la sostenibilidad en el sector. No obstante, reconoce que han sido años difíciles para los ingenieros de minas aunque ahora siente que «la sociedad está reconociendo la importancia de la minería y se está dando otra proyección de la profesión». El decano habla de una situación de «bonanza total y absoluta» del sector minero gracias a la necesidad de ciertas materias minerales. La UE ha identificado una lista de 34 materias primas fundamentales de las cuales 17 se consideran estratégicas cuyo suministro se espera que crezca de forma exponencial y cuyas necesidades de producción son complejas por lo que corren mayor riesgo de sufrir problemas de suministro.
La automatización de camiones, trenes y perforadoras, controlados en remoto, ya es realidad
«Dentro de cada país hay una serie de materias primas esenciales que son muy importantes, como el caso de los áridos (arenas, gravas y rocas fragmentadas) en España», indica el decano. Nuestro país cuenta con zonas como la Faja Pirítica en el sur «absolutamente necesaria para la transición energética» o en Galicia las tierras raras. «Hay un hito importante a tener en cuenta, que en mayo de 2025 todos los países tienen que tener su sistema de prospección minera sobre esas materias críticas. España tiene materias críticas pero sin cuantificarlas por lo que debe hacer su campaña de prospección minera», apunta Cámara.
Vicente Gutiérrez, secretario general de Primigea, la Confederación Española de las Industrias de las Materias Primas Minerales, se refiere a la nueva normativa europea y española como el inicio de una nueva situación «que esperamos beneficie a la Comunidad Europea en el corto plazo». Hay cierta esperanza en el sector ante la llegada de posibles cambios, como la renovación de la Ley de Minas de 1973. Analizando la industria del sector minero, asegura que «está en su momento porque en la transición energética necesitamos muchas materias primas y aunque se recicle todo, no es suficiente». Y recuerda que el 100% del reciclaje de los minerales, a día de hoy, no es posible aunque se espera que con la tecnología mejores. Pero «hay que tener claro que es imposible solo reciclar y que hoy en día no hay nada que se haga en Europa que no sea sostenible», resalta Vicente Gutiérrez. Desde Primigea esperan que una de las mejoras con la nueva normativa sea la de acortar los plazos para que los proyectos vean la luz. «Europa pide que no se tarde más de tres años y es un plazo que ahora en España solo se cumple en Andalucía. En el resto de comunidades se llega a tardar entre 5 y 7 años».
Consenso social
Entre los retos del sector también está el de luchar contra la contestación social pero sobre todo «acabar con los falsos mitos». El secretario general de esta confederación lamenta el eco que tienen los mensajes en contra de los proyectos mineros que lanzan los ecologistas «sin contrastar la información». Un mensaje que trata de hacer creer que «las empresas del sector se llevan el mineral, el dinero y lo dejan todo mal, lo cual no es verdad». Gutiérrez recuerda que esas empresas «ganan dinero pero pagan sus impuestos y dan trabajo». Además, desde 1984 al empezar un proyecto se deja un aval bancario el cual se activa si por algún motivo la empresa deja a medias el proyecto «y con ese dinero se deja todo como estaba». Sin olvidar que «una mina necesita una infraestructura de carreteras que construye y paga la empresa. Y también implica llevar agua, electricidad y gas. Hay pueblos con gas gracias a una mina».