El arma de doble filo del blockchain en los videojuegos

La tecnología blockchain está revolucionando el modelo ‘play to earn’ al otorgar a los jugadores una propiedad real sobre los activos digitales que obtienen dentro del juego, lo que cambia radicalmente la experiencia, dice Javier Visedo, manager de Blockchain y Web3 en NTT DATA. «Antes, cualquier ítem o moneda obtenida en un videojuego era solo utilizable dentro de ese ecosistema y dependía completamente de la plataforma», dice Visedo. Con blockchain, estos activos, como tokens o NFTs, son propiedad del jugador, quien puede venderlos, intercambiarlos o usarlos en distintos juegos, creando un mercado abierto y descentralizado, comenta. «Este aspecto de propiedad real no solo aumenta los incentivos para jugar, sino que también incrementa el nivel de ‘engagement’ de los usuarios. Saber que tus esfuerzos dentro del juego tienen un valor tangible fuera de él, motiva a los jugadores a seguir participando, generando un círculo virtuoso», afirma.

Un caso destacado es CryptoKitties, que en 2017 introdujo los NFTs en su dinámica de juego, atrayendo en 2022 una inversión de más de 725 millones para impulsar su desarrollo, detalla Álvaro Manzano, responsable de la industria de medios y entretenimiento de Accenture en España y Portugal. «La tecnología blockchain permite una mayor fidelización del jugador y la reducción del fraude al garantizar la transparencia», comenta Manzano.

Para Tino Martínez, software engineer, blockchain specialist at Dekalabs by Bit2Me, el hecho de que blockchain garantice la transparencia y seguridad de las transacciones aumenta la confianza de los participantes, además de permitir la implementación de gobernanza descentralizada, incentivando a las comunidades a participar en el desarrollo y evolución de los juegos.

Así, el modelo ‘free to earn’ se sitúa en la convergencia de blockchain y videojuegos, dos industrias en rápida expansión. Se espera que el mercado de blockchain crezca un 68% anual y el de videojuegos un 10% hasta 2030, según estudios recientes. «Los juegos basados en blockchain representan una evolución significativa en el mundo de los videojuegos, ya que ofrecen un nuevo modelo económico y de propiedad digital para jugadores y desarrolladores», dice Martínez.

Desde Binance, Javier García de la Torre, director en España y Portugal, considera que este modelo tiene un gran potencial para crear nuevos ecosistemas económicos dentro de los videojuegos. Sin embargo, a medida que estos mercados siguen creciendo, es esencial aplicar medidas sólidas que protejan a los jugadores más jóvenes de posibles riesgos, como la exposición a contenidos inapropiados, gastos desmesurados o posibles fraudes y estafas, explica. «Una de las principales medidas de protección que consideramos cruciales es la verificación de la edad y los mecanismos de control parental», dice García de la Torre. Las plataformas de blockchain y los juegos basados en NFT deben implementar protocolos estrictos de verificación del cliente (KYC), para garantizar que los jugadores cumplan con los requisitos mínimos de edad, añade. «Además, las opciones de control parental deben estar disponibles para supervisar o limitar las transacciones y las compras dentro del juego, ayudando a los padres a gestionar las actividades de sus hijos dentro de estos entornos virtuales», subraya.

Desde el despacho ATH21, su socia Cristina Carrascosa afirma que estos modelos están regulados desde distintas especialidades, pese a que pueda no parecerlo. «A nivel de criptoactivos, debería realizarse un primer análisis esencial para determinar si el activo que se usa para recompensas cae o no dentro del ámbito objetivo de MiCA, el Reglamento europeo sobre criptoactivos», dice. «Los NFTs no son ‘no fungibles’ por diseño, sino que deben cumplir unos requisitos muy específicos para que estén exentos de la citada normativa. Si por el contrario son tokens de utilidad que además se quieren ofrecer a través de exchanges, deberán cumplir con el reglamento, y sus emisores deberán obtener una autorización para comercializarlos una vez superado el periodo de transición de la aplicación del mismo», explica Carrascosa. Para la experta, el gran riesgo en estos modelos es la participación de menores. «Las regulaciones europeas, como la Directiva de Servicios de Pago (PSD2), protegen a los menores de la participación en transacciones financieras, lo que podría entrar en conflicto con las mecánicas ‘free to earn’», dice.

Sobre los datos personales, Carrascosa explica que en Europa toda plataforma que maneje información personal de usuarios (incluidos menores) debe cumplir con estrictas normas de seguridad y privacidad.

Desde NTT DATA, Visedo cree que uno de los desafíos importantes para estos modelos es que blockchain sea un complemento al juego y no el foco principal. Muchos juegos fracasan al centrarse en la tecnología blockchain más que en la jugabilidad. El éxito depende de crear un juego divertido, donde blockchain aporte valor sin ser el protagonista, señala. «Si la jugabilidad no es sólida, los jugadores perderán interés independientemente de las innovaciones tecnológicas», dice.

Otros desafíos, según Manzano, de Accenture, incluyen garantizar la seguridad de los activos digitales, evitar fraudes en transacciones y asegurar la sostenibilidad de la infraestructura blockchain, todo mientras se ofrece una experiencia fluida y atractiva para jugadores no familiarizados con criptomonedas. «El éxito de los juegos ‘free to earn’ dependerá en gran medida también del ecosistema, con riesgos asociados a la volatilidad de las criptomonedas y la percepción de la comunidad de desarrolladores y jugadores experimentados, que demandan nuevos estándares en la web 3.0. La identidad debe ser la piedra angular de todo el nuevo sistema para poder escalar hacia un nuevo modelo y experiencia de juego multiplataforma conectada con el ecosistema digital del usuario», concluye Manzano.