El ADN de Colón apunta a que fue un judío sefardí del Mediterráneo occidental
Ni el corsario Pedro Ataide, ni el hijo del Príncipe de Viana y sobrino de los Reyes Católicos, ni el niño superviviente de doña Aldonza de Mendoza, ni Álvarez de Sotomayor. Tampoco un navegante de Pontevedra o miembro de esa población de la Baja Navarra de los agotes. El estudio del ADN de Colón desarrollado por el equipo del forense José Antonio Lorente desde la Universidad de Granada ha descartado científicamente estas teorías que situaban la cuna del descubridor de América en Portugal, Mallorca, Castilla, Galicia o Navarra, aunque no ha logrado determinar el origen del descubridor de América. La hipótesis que «más cerca está», según Lorente, es la que defiende que el Almirante era de origen judío y por eso se afanó en ocultar su procedencia.
«Tenemos ADN de Cristóbal Colón muy parcial, pero suficiente; tenemos ADN de Hernando Colón, su hijo, que está confirmado que es su hijo», y «tanto en el cromosoma Y (masculino) como en el mitocondrial (transmitido por la madre) de Hernando hay rasgos compatibles con origen judío«, afirma el catedrático de la universidad granadina en el documental ‘Colón ADN, su verdadero origen’ de Story Producciones emitido en la 1 de RTVE este 12 de octubre, Día de la Hispanidad.
Lorente viajó hasta Cataluña para informar de sus resultados al arquitecto Francesc Albardaner, expresidente del Centro de Estudios Colombinos de Barcelona y autor del libro ‘El origen catalán de Colom: ciencia histórica o fanatismo patriotero’, impulsor de la teoría del Colón judío. Según Albardaner, enfermo de leucemia, Colón «era un judío sefardita, siguiendo las tradiciones y costumbres judías, tuvo maestros judíos que le enseñaron la religión judía, pero, eso sí, en la esfera pública, aparentemente, era cristiano«.
Este resultado implica, a juicio de este miembro de la Sociedad Catalana de Estudios Históricos del Instituto de Estudios Catalanes, que no pudo ser genovés. «La teoría del Cristóforo Colombo nacido en Génova, criado en Génova, educado en Génova, es falsa» porque «todos los historiadores importantísimos de Italia han escrito negro sobre blanco que es imposible que este nuestro Colombo fuese judío». «Hay una incompatibilidad total», toda la teoría del Colón genovés «entra en crisis si se acepta que Colón es judío» porque «en Génova los judíos fueron expulsados después del siglo XII» y los judíos «solo podían permanecer en Génova tres días para hacer negocios y luego se tenían que marchar», asegura Albardaner.
¿Valenciano?
El origen de Colón se ubicaría geográficamente «en el Mediterráneo occidental«, señaló Lorente, probablemente en los antiguos territorios de la Corona de Aragón puesto que se estima que en lo que hoy es España vivían 200.000 judíos en la época de Colón, frente a los entre 10.000 y 15.000 de la península itálica, a tenor de los datos ofrecidos en el documental. En Sicilia vivían 40.000, que por entonces pertenecía a la Corona de Aragón, pero «Colón escribía en castellano, sin un ápice de italiano en sus escritos», recuerda Regis Francisco López en el documental que ha dirigido.
Según Albardaner, Colón habría nacido en el seno de una familia de tejedores de seda de Valencia, donde había una larga tradición de tejedores dentro de la comunidad judía, y habría sido «judío de cultura, judío de religión, judío de nación y sobre todo de corazón» porque «rezuma judaísmo en sus escritos».
Su padre habría sido un emigrante de la Liguria que llegó a Valencia con el clan de los Gavoto de Savona, fundadores de empresas de tejidos de seda y brocados. Como hijo de un matrimonio mixto, podría presentarse tanto como «genovés de nación», por ser hijo de un padre genovés, o como súbdito natural de la Corona de Aragón, por ser un ciudadano del Reino de Valencia, pero no habría difundido su procedencia por su origen judío sefardita.
Si Colón pudo reunirse con los Reyes Católicos para embarcarles en su arriesgada empresa en busca de las Indias fue porque «hubo muchos judíos y judíos conversos que le ayudaron», como el duque de Medinaceli o el valenciano Luis de Santángel, que era el escribano de ración -«algo así como el ministro de Finanzas de Fernando el Católico», sostiene López- y que financió personalmente la expedición a América en su primer viaje. «Era todo un grupo que se protegían porque el resultado en caso de caer en manos de la Inquisición era fatal«, recuerda por su parte Albardaner.
Lorente, que trabajó durante más de un año en la academia del FBI en Quantico (Virginia, EE.UU), ha llevado a cabo la investigación genética como si de unas pesquisas policiales se tratara. Su equipo realizó las exhumaciones necesarias, estudió huesos, dientes y pelo aportados por las distintas teorías y extrajo muestras de ADN tanto de población vinculada a los agotes en Navarra como de más de un centenar de personas de apellido Colombo en la zona de Génova y Milán, todos varones porque se estudiaba el cromosoma Y. Los resultados en el caso genovés fueron «muy variados», relata, porque era muy frecuente que a niños abandonados se les asignara el apellido Colombo. «Era un buen apellido para ocultarse», subraya el catedrático en la película.
En este otro cinematográfico viaje con destino incierto, como el de Colón, los investigadores fueron desestimando varias hipótesis alternativas a la versión oficial de que Colón nació en Génova, donde vivió hasta los 22 años. Aunque la teoría mallorquina dio resultados positivos parciales, los análisis de laboratorios de California y Adelaida la descartaron. La genética de Colón no ha desvelado dónde nació, aunque sí «rasgos compatibles con un origen judío». Un dato «objetivo», según Lorente, para futuros estudios.