Dónde comer buenos dumplings en Madrid: cinco restaurantes chinos imprescindibles
Los dumplings –no confundir con las gyozas, que aunque conceptualmente similares, son japonesas– son una de las comidas chinas más populares. En concreto, y dentro de una categoría aún mayor llamada ‘dim sum’ –la comida en pequeño formato «que toca el corazón» en una traducción libre–, es una de las joyas que la cocina cantonesa ha logrado introducir en el gusto de los occidentales.
Este jueves 26 de septiembre, este platillo de pasta con infinidad de formas y rellenos, celebra el Día Internacional del Dumpling. Una excusa más para darse un homenaje con estos bocados, no siempre cuidados en la oferta oriental de grandes ciudades como Madrid en la que, sin embargo, hay buenas excepciones. ¿Dónde comer buenos dumplings? Aquí, cinco direcciones para disfrutarlos en estos restaurantes de la capital.
Carrera de San Jerónimo, 9
Lelong Asian Club
Lelong Asian Club, en pleno centro de Madrid, ofrecen una de las experiencias más completas entorno al universo del dumplings. Ha sido pionero en Madrid, de la mano de la empresaria china María Li Bao, de introducir el ritual del Yum Cha. Se trata de unos carritos con vapor integrado cargados de cestas de bambú con la enorme oferta de xian long baos, wonton o siu mais –algunas de las formas que adoptan– que circulan entre las mesas del restaurante. Solo hay que pararlo y elegir.
Un verdadero festival de sabores y texturas que elaboran artesanalmente para todos los restaurantes del grupo China Cronw bajo la supervisión del chef Felipe Li Bao. Entre todos ellos, destaca el wonton de cerdo ibérico al estilo Sichuan –pero con el picante adaptado al gusto occidental– o el siu mai de txangurro y Langostinos.
Hutong es sinónimo de cocina sichuanesa. Es decir, de cocina picante –aunque no todo en su carta pica–. Es uno de los espacios más auténticos para acercarse a este apartado de la cocina china que, sin embargo, no es común que toque los dumplings. Sin embargo, y a pesar de estar fuera de la tradición, los dumpling forman parte de las especialidades que sirve. Su cocina también roza el recetario de otros territorios como Pekín y Shanghai.
En en capítulo de ‘dim sum’, es altamente recomendable probar sus ‘jiaozi’. Finas empanadillas que, en una de sus versiones, están rellenas de carne picada de cerdo ibérico. Rico también el siu mai relleno de ternera en su jugo. O el también jiaozi de pollo y pak choi. Tiene servicio de delivery.
Caballero de Gracia, 22
Chun Li
Poco o nada se sabe del misterioso fundador detrás de esta casa especializada en dumplings. Sus empleados cuentan que cuando llegó a España echo en falta estos pequeños bocados de la cocina cantonesa y que se lanzó a abrir su propio espacio para rendir culto a este pequeño apartado de la gastronomía oriental. Casi siempre asociado a compartir y celebrar momentos con la familia o los amigos.
Fue así como nació en la zona de Opera el primero de los locales de una pequeña cadena –tiene otros tres espacios en el centro– dedicado en exclusiva a estos dim sum y a precios asequibles. Los hay rellenos de ternera y cebolla, de pollo y repollo, de pato Pekín, de gambas, o de cerdo y puerro entre otros. También cuenta con una versión frita de otro clásico: el xiao long bao de marisco.
En otra categoría, la de un espacio exclusivo dedicado a la cocina china, está Don Lay. Alta cocina cantonesa, liderada por la empresaria china Nieves Ye, que tiene en sus dim sums un verdadero icono. Entre otros bocados destaca el xiao long bao Shanghai, en los que se combina cerdo, txangurro y caldo de gallina. También cuentan con una pasta muy fina y crujiente rellena de langostinos; y hakaos de bogavante azul, boletus o gamba blanca. Todos ellos se elaboran a mano diariamente en su propia cocina.
Los dumplings, aunque anclados en la tradición y cultura culinaria china, han evolucionado y diluido algunas fronteras para reinterpretar estos pequeños bocados. En pleno barrio de Salamanca, y alejados de cualquier dogma, hay un restaurante sin demasiadas pretensiones en el que darse un pequeño homenaje comiendo dumplings –entre otras cosas–. Todos los que uno pueda comer si se elige la opción de su menú buffet (33,5 euros por persona).
Así, en este espacio, se pueden pedir –cada comanda es de máximo 2 platos por persona, sin límite de pases– variaciones extravagantes no aptas para puristas como el jiaozi de langostinos guisados en salsa chilli crab al jerez con emulsión de chipotle; la empanadilla de pollo a la barbacoa china con soja de ajo negro y crujiente de tapioca; la frita de sobrasada y queso manchego sobre gazpacho frío de uva y lemongrass; o la rellena de morcilla frita en el wok con cebolla caramelizadam, entre otras.