Cuarenta años de Patrimonio Mundial y nuevo Pueblo Mágico de España
Desde principios de 2025 San Lorenzo de El Escorial pasará a formar parte de los más de 140 Pueblos Mágicos de España, un título que supone un reconocimiento al esfuerzo y la labor de cada uno de los habitantes de la población que hacen que este destino sea un lugar vivo y mágico. Este es el segundo municipio más visitado de Madrid tras la capital y no es para menos ya que encantos no le faltan.
Ubicado en pleno corazón de la Sierra de Guadarrama, a apenas 50 kilómetros del centro de la capital, este rincón ofrece un patrimonio arquitectónico único, un entorno natural privilegiado y una rica propuesta cultural. Ni que decir tiene que su principal atractivo, que no el único, es el Real Monasterio que, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, es una visita imprescindible para recorrer la historia de España y, más concretamente, el reinado de Felipe II.
Las obras de este complejo, considerado como el monumento que mejor resume las aspiraciones ideológicas y culturales del ‘Siglo de Oro’ español, se iniciaron en 1563 con el arquitecto Juan Bautista de Toledo, pero sería Juan de Herrera, su discípulo, quien las terminase en 1584 reformando el proyecto y creando un estilo propio conocido como herreriano, caracterizado por la desnudez decorativa y el rigor geométrico.
El conjunto, orientado hacia Abantos por una fachada de 207 metros de longitud está enmarcado en un rectángulo con una superficie de más de 33.000 metros cuadrados y su planta tiene forma de parrilla invertida. En el interior, donde se cuentan hasta 4.000 habitaciones, no hay que perderse el Patio de Reyes, que recibe su nombre de las estatuas de los Reyes de Judá que adornan la fachada de la Basílica, otro de los imprescindibles considerada como el punto neurálgico del complejo que destaca por su cúpula inspirada en San Pedro del Vaticano, los Panteones Reales, que cuenta con 26 sepulcros en mármol negro que contienen los restos de los reyes de las Casas de Austria y Borbón, el Palacio de los Austrias en el que destaca la Sala de las Batallas decorada con frescos de algunos de los enfrentamientos más importantes ganados por la corona española, la Biblioteca, en cuyas estanterías se pueden encontrar, entre otras cosas, algunas obras de Santa Teresa de Jesús o el Códice Aureo –escrito con letras de oro– y sus preciosos jardines.
La población, declarada conjunto histórico-artístico, surgió alrededor del monasterio y en su entramado acoge numerosas casas señoriales y palacetes como el del Marqués de Campo Villar, la Casa del Duque de Medinaceli o la Casa de las Columnas. Otras visitas a anotar en la lista de imprescindibles son las Casitas del Príncipe, edificada por Carlos III para su hijo Carlos IV, y del Infante, un edificio neoclásico que el infante Gabriel de Borbón tenía como residencia de descanso, el Teatro Real Coliseo de Carlos III, edificio proyectado por el arquitecto francés Jaime Marquet que se inauguró en 1771, la silla de Felipe II, que esculpida en granito es el lugar en el que, según cuenta la tradición, el monarca observaba el progreso de las obras del monasterio, y las Casas de oficios, que surgieron por la falta de espacio en el Monasterio para acoger todas las dependencias palaciegas, aunque en la actualidad una de ellas funciona como Casa de Cultura, sala de exposiciones y oficina de turismo y la otra acoge el santuario Nuestra Señora de Gracia y el Centro Integrado de Estudios Musicales Padre Antonio Soler.
Los amantes del senderismo podrán disfrutar de diferentes rutas y de pintorescos parajes como el Pinar de Abantos y La Herrería, un espacio natural protegido con una superficie total de 497 hectáreas que constituye un típico bosque mediterráneo con gran diversidad faunística.