Biden y Starmer evitar pronunciarse sobre el uso misiles contra Rusia
La reunión entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro británico, Keir Starmer, en la Casa Blanca ha acabado descafeinada para Ucrania. Pese a la gran expectativa que había en torno a la solicitud para autorizar el uso de misiles de largo alcance contra Rusia, como había reclamado el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, ambos líderes han preferido no pronunciarse y aplazar la decisión.
El tema de los misiles ni si quiera ha aparecido en el comunicado final del encuentro, en el que ambas partes han reafirmado «su apoyo inquebrantable a Ucrania mientras continúa defendiéndose contra la agresión de Rusia». Aunque, posteriormente ante los medios, Starmer ha reconocido que las discusiones continuarán con un “grupo más amplio de individuos” durante la semana de reuniones de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, que se celebrará a finales de este mes. «Esta reunión no era para tomar una decisión concreta», ha subrayado el primer ministro británico.
Horas antes de la reunión, la segunda después de que Starmer visitara a Biden en julio en Washington, Zelenski había vuelto a insistir en que Ucrania necesita atacar objetivos militares situados dentro de la Federación Rusa, cuando se superan un mes de su incursión en Kursk. Además de Ucrania, otros aliados en el flanco este de la OTAN, como Polonia, quieren que el líder estadounidense permita a Kiev utilizar misiles de largo alcance para atacar objetivos militares dentro de Rusia, y Biden se ha mostrado abierto a hacer algún cambio en la política que ha mantenido hasta ahora, pero sin aclarar aún cuál.
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Transcripción completa
ha hecho cambiar las tornas
en Rusia.
Por sorpresa.
Por aire y por tierra.
así entraban las tropas ucranianas
en la región rusa de Kursk.
A su paso garitas fronterizas
destrozadas
e imágenes como éstas
de soldados rusos rindiéndose
en su propia casa
ante el empuje de Kiev.
Para mí ha sido un shock,
nos cuenta Marina.
No sé cómo se han atrevido
a hacerlo.
Putin ha dicho que es
un deber sagrado
expulsar al ejército ucraniano
de Kursk.
Para Rusia,
toda una potencia nuclear,
esta es la primera vez
que les invaden
desde la II Guerra Mundial.
El Kremlin asegura que Ucrania
no ha logrado su objetivo:
forzarles a derivar tropas a Kursk
para frenar así
los avances de Moscú en el Dombás.
Pero lo que tampoco
ha conseguido Rusia un mes después
es expulsar al ejército ucraniano
de su propio territorio.
La incursión ha generado
críticas internas.
Vladímir lo veía venir.
Era inevitable,
nos dice,
nuestro territorio
no estaba defendido
a pesar de los ataques previos
en otras regiones.
Lo que parece evidente es que
Rusia necesita más manos
dispuestas a empuñar armas.
En la capital han vuelto a aparecer
carteles que piden voluntarios.
Ahora pagan más,
por el primer año
en total 5 millones de rublos,
unos 50 mil euros,
casi 6 veces
el salario medio.
Biden agradece el «liderazgo» británico en apoyo a Ucrania
Antes de la reunión, Biden agradeció a Starmer el «liderazgo» que el Reino Unido ha mostrado en la guerra de Ucrania y ha querido reafirmar el compromiso de Washington para ayudar a Ucrania. Por su parte, Starmer expresó su apoyo a Ucrania en «esta vital guerra por la libertad» y afirmó que los próximos meses serán «muy importantes» para el rumbo del conflicto.
Hasta ahora, la política del Gobierno de Biden ha sido apoyar a Ucrania y, desde el inicio del conflicto, le ha entregado más de 55.000 millones de dólares en armamento, pero ha puesto condiciones sobre cómo Kiev debe usar las armas que entrega EE.UU. o que están fabricadas con componentes estadounidenses para evitar una escalada con Rusia.
Esas restricciones, sin embargo, se han ido flexibilizando con el tiempo en algunas ocasiones. Si bien se mantienen en los misiles de largo alcance, en cambio, en mayo Biden autorizó por primera vez a Kiev a realizar ataques sobre territorio ruso, específicamente para defender la entonces asediada ciudad de Járkov (noreste del país). Otra posible medida que podría tomar Biden es autorizar el uso por parte de Ucrania de los misiles británicos Storm Shadow para atacar objetivos fuera de su territorio, ya que algunos componentes de estos misiles son fabricados en Estados Unidos.
Rusia advierte: autorizar el uso de misiles significa enfrentarse a Moscú
Kiev quiere autorización para usar contra Rusia los misiles estadounidenses de largo alcance ATACMS, que Washington ya ha enviado a Ucrania. Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, ya avisó este viernes en una rueda de prensa que Biden no iba a anunciar ningún cambio en la política estadounidense por el momento. «No hay cambios en nuestra visión sobre la provisión de capacidades de ataque de largo alcance para que Ucrania las use dentro de Rusia. No esperaría ningún anuncio importante al respecto», dijo.
Uno de los mayores temores de EE.UU. sigue siendo una escalada con Rusia. Esta semana, el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió que si se autoriza a Ucrania a usar misiles de largo alcance para golpear objetivos en territorio ruso eso implicaría que los miembros de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos se enfrentará «directamente» con Rusia.