BETIS BALONCESTO – SAN PABLO BURGOS: Momento de fragilidad y unión para recibir al líder
A los problemas, cuando arrecian, hay que plantarles cara con valentía, determinación y coraje. Sin arrugarse ante la adversidad. Todo esto define el carácter. Y en el caso de los grupos humanos, con unión y sin fisuras, todos a una. Hace ya unas cuantas jornadas que el Real Betis Baloncesto constató que todo lo escrito en los prolegómenos acerca de la dificultad de la Primera FEB no era literatura barata ni se ceñía al terreno volátil y recurrente del tópico. La categoría tiene mucha guasa. Hay un puñado de equipos que quieren lo mismo, el ascenso directo, y a esta elevada competencia se suman también otros factores azarosos e incontrolables como las lesiones, siempre inoportunas y dañinas, contratiempos que han asaeteado el plantel verdiblanco en las últimas semanas, especialmente en ésta que desemboca en el choque de este domingo en casa contra el San Pablo Burgos.
Desde el inservible partido de Copa de España contra el Algeciras, digamos que el aire le ha cambiado al Betis Baloncesto. Le sopla en contra. Con Jelinek en la enfermería, en dos horas de metraje se le cayeron otras cuatro piezas del tablero a Gonzalo García de Vitoria: Rubén López, Renfroe, Pablo Marín y Kasibabu. Al segundo, base ya veterano de 38 años, se le paró al descanso al estar sobrecargado tras engarzar en 48 horas el duelo de alto voltaje en Madrid con el trámite copero. Mucha tralla. Más graves son las lesiones de López de la Torre y Marín. El primero sufre tenosinovitis de flexores del pie con edema óseo en la base del quinto metatarsiano y el segundo, un esguince tobillo de grado dos. Unas tres semanas en el dique seco permanecerá el primero y de tres a seis el segundo.
Es cierto que ahora viene un parón de dos semanas tras esta jornada y que son jugadores de rotación, sin cuya participación en los partidos ha conseguido ganar el Betis, pero el engranaje irremisiblemente se resiente porque sus ausencias, unidas a la de Jelinek, sobrecargarán de minutos a sus compañeros y han condicionado mucho el trabajo de la semana. Entrenarse en cinco contra cinco ha sido imposible para este fisurado Betis Baloncesto al que la Copa de España, que se ha tomado muy en serio en un formato experimental, ha terminado lastimando.
Esperados reencuentros
El azar y la fortuna, la ausencia de esta última más bien, han propiciado que el equipo llegue diezmado de efectivos, con tres elementos menos y sin apoyo de los canteranos (el brasileño Mathias Vasquez no puede jugar al ser extracomunitario), a uno de los partidos más esperados de la temporada en San Pablo. Y no sólo por la evidente condición de rival directo de los burgaleses sino por su meteórica trayectoria (7-0 de parcial) y por la presencia de hasta cuatro exverdiblancos en sus filas: Bruno Savignani, Wembi, Fischer (está lesionado) y, sobre todo, Pablo Almazán, que fue líder, jefe del vestuario, capitán y alma de un club en el que hizo algo muy difícil en la historia de esta entidad: permanecer seis temporadas de manera consecutiva. Y siempre sumando, aportando en la pista y fuera de ella.
Al granadino, no tengan dudas, lo recibirá la afición con la ovación que se merece. Que ha de ser la más fuerte que se tribute, aunque también la merecen Wembi (en poco tiempo vistiendo la camiseta verdiblanca dejó un grato recuerdo); y Savignani, capitán de un barco que zozobraba por los problemas económicos y al que supo mantener y guiar en la marejada, sin desestabilizarse, hasta el puerto del play off exprimiendo los recursos y jugando realmente bien a baloncesto.
Pocos, casi nadie, daban un euro por la posibilidad de que el técnico brasileño encajara en aquel proyecto y no sólo lo hizo sino que lo exprimió, lo dejó a las puertas de la Final Four y esperó semanas al Betis hasta que, estando preparando los Juegos Olímpicos en la selección brasileña, el San Pablo Burgos llamó a su puerta y pidió la rescisión del segundo año en Sevilla. Una proposición, la burgalesa, irrechazable ante la indefinición entonces de la entidad verdiblanca, cuyas acciones fueran traspasadas después al Grupo Hereda. Una compañía que hace unos años fue precisamente patrocinador principales del club burgalés.
Y eso sin olvidar que Renfroe, Benite y Kasibabu vistieron otrora la camiseta del San Pablo Burgos, en el caso de los dos primeros logrando cotas impensables en ese club, conquistando títulos europeos e intercontinentales. Los caprichosos caminos suelen entrecruzarse en el baloncesto y este partido entre dos buques insignias de la categoría viene condimentado por todas estas pequeñas historias que aumentan su interés y potencian su atractivo. Del Betis ya se ha comentado cómo llega. Astillado por las lesiones, justo de efectivos, con algún que otro jugador tocado (Renfroe y Kasibabu) y obligado a concentrar el esfuerzo y los minutos en un grupo más pequeño de jugadores. Algo que no tiene por qué ir en detrimento de sus intereses. Hasta que la pelota no eche a volar no se despejará la incógnita.
Ocurre en baloncesto en ocasiones que, a mayor concentración de minutos en pocos jugadores, mayor es también el rendimiento del equipo. A esto se le llama hacer de la necesidad virtud. Y en el Betis Baloncesto ha funcionado muchas veces. Verbigracia la pasada temporada, cuando Polanco y Joaquín Rodríguez acumulaban un partido tras otro mucho más tiempo en la pista que sus compañeros. Claro que ése fue un plan estudiado, el corsé que mejor se ajustaba a aquella plantilla, y en esta ocasión será obligado. Porque a Gonzalo García le gusta mucho mover el quinteto y ante el San Pablo Burgos difícilmente tendrá esa posibilidad.
Equipos parecidos
A diferencia del Betis, el San Pablo Burgos no jugó entresemana, así que ese esfuerzo se ahorró. Llega lanzado, con el casillero de derrotas en blanco tras ganar todos sus partidos. Y los ha tenido de todo tipo, ante rivales de la zona alta, media y baja. Por este orden, superó al Grupo Alega Cantabria, al Flexicar Fuenlabrada, al Palencia, al Monbús Obradoiro, al Alimerka Oviedo, al Zamora y al Inveready Gipuzkoa, del que dio buena cuenta la pasada jornada (90-68). A nivel estadístico en ataque, son dos equipos similares, con 84 puntos de media para los burgaleses y 80 para el Betis. Y lo mismo sucede en defensa: 72 encajan de promedio de los castellanos y 70, los verdiblancos. El Betis es peor en tiros de dos y tiros libres, pero mejora al Burgos en porcentaje de tres, rebotes y asistencias. Son dos equipos, en suma, muy parejos que quieren lo mismo.
La cita, clave, es más trascendente para los anfitriones, en cualquier caso, ya que en siete jornadas le ha sacado el San Pablo Burgos dos victorias de distancia y lo que este domingo se vivirá será un pulso entre rivales directos en el que importará hasta la diferencia en el marcador pensando en la segunda vuelta. Será un duelo matemático, pero también ajedrecístico, especialmente para el Betis, que ha perdido a varios alfiles y tendrá que calibrar mucho cada movimiento en el tablero.
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Real Betis Baloncesto: Cvetkovic (1,88, 4); Hughes (1,93, 3); Radoncic (2,02, 88); Suárez (2,06, 93); DeBisschop (2,06, 22) -posible quinteto inicial-; Benite (1,94, 8); Domènech (2,08, 12); Kasibabu (2,03, 13); Renfroe (1,91, 32).
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Silbö San Pablo Burgos: Corbalán (1,93, 10); Gudmundsson (1,95, 6); Cremo (1,93, 24); Dani Díez (2,03, 11); Goloman (2,10, 14) -posible quinteto inicial-; Cuevas (1,78, 1); Wembi (2,05, 5); Almazán (2,00, 8); Barrera (1,95, 9); Stumbris (1,99, 23); Lapornik (1,94, 31).
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Árbitros: Quintas Álvarez, Martínez Prada, Sanhermelando García.
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Hora y TV: 12.30 (app LaLiga Plus).
Los visitantes tienen la baja de Luke Fischer, así que entre Stumbris, Goloman, Wembi y Dani Díez se repartirán los minutos en el juego interior. El tres-cuatro madrileño e internacional por España es, por cierto, el jugador de más peso en términos estadísticos de los burgaleses, que tienen en Lapornik a su máximo anotador y a una serie de versátiles manejadores muy peligrosos y con puntos en las manos. De hecho, el único base puro de esa plantilla es Dídac Cuevas.
Como la pasada semana en Madrid ante el Movistar Estudiantes, este puerto de montaña que debe subir el esforzado Betis Baloncesto antes del parón es de primera categoría. Un partido que quién sabe si puede marcar hasta el devenir de la temporada. Lo afrontará en un momento delicado por el parte de lesionados que presenta y por eso ha pedido el club el apoyo de la afición. Sin su aliento, sin esa energía extra en el pabellón, hacer cumbre será mucho más difícil.