así era la prisión de los horrores de Siria
El olor a muerte y el sonido de la desesperación son dos de las cosas que destacan al entrar en «el matadero». Así se le conoce a Sednaya, la cárcel siria de los horrores. Esta prisión ya se está convirtiendo en una de las imágenes más impactantes de esta guerra.
Al llegar al poder, los rebeldes sirios liberaron a cientos de prisioneros, pero hay miles de los que no se sabe nada. Ahora los familiares se aglomeran en la entrada de la prisión para encontrar algo que les pueda indicar donde están. Con ellos ha entrado la corresponsal de RNE en Oriente Próximo, Laura Alonso, para documentar cómo era esta cárcel de los horrores del régimen de Bachar al Asad.
Búsqueda desesperada de los desaparecidos
Los que han conseguido entrar en la prisión han derrumbado paredes, agujeros y puertas blindadas. Han levantado cuadros eléctricos que podrían estar bloqueando algún mecanismo. A pesar de que la defensa civil les ha dicho que ya no queda más que revisar, los familiares insisten en que hay dos pisos por debajo que aún no han sido abiertos.
Dentro de la prisión, Ahmed busca a su hijo Moussa. La primera vez que lo visitó en Sednaya fue en noviembre de 2014. Cada dos meses venía y hablaban juntos durante cinco escasos minutos: «No me dejaban decir nada más que ¿Estás bien? ¿Qué tal estás?«, recuerda. En 2015 le dijeron que lo habían trasladado del centro y tras una búsqueda intensa, a finales de ese año, las autoridades le dijeron que su hijo había muerto. Ahmed nunca pudo ver el cuerpo de su hijo y ahora cuenta como uno de los presos liberados le contó que su hijo estuvo en Sednaya hace apenas seis meses.
Los grupos de familiares se dispersan por toda la cárcel repasando listados de los que en algún momento pasaron por Sednaya. Hay muchos presos políticos de después de 2011, otros eran miembros del Ejército de Bachar al Asad represaliados por el régimen, pero, la mayoría, dice que no sabe por qué sus familiares acabaron aquí.
Miles de presos torturados
Las cuerdas como las de la imagen están repartidas por varios sitios del recinto penitenciario. Aunque no se ha podido corroborar esta información, las familias denuncian que eran utilizadas para ejercer torturas a los presos.
Fátima es una de los cientos de personas que continúa buscando a sus familiares. Tiene hasta 20 desaparecidos y enseña a los medios de comunicación imágenes de sus seres queridos con la esperanza de encontrarlos.
Desde la caída del régimen de Al Asad, dentro de la prisión regla el caos. Aquí se celebra cualquier rumor como alguien que ha escuchado algo o que cree que detrás de una pared hay un olor más intenso de lo habitual. Todo ha sido completamente desvalijado.
Una vez se ha abierto esta hermética prisión, han aparecido varias cámaras frigoríficas que dentro de Sednaya. Nadie sabe decir para que se han usado.
Muchos creen que sus familiares siguen vivos
Todos los que están aquí buscan a alguien y tienen algo que contar. La historia de Yasser es la de su hermano desaparecido desde 2015. Hace dos años le dijeron que estuvo en Sednaya, y durante este tiempo, ha ido cada tres meses al registro civil para ver si aparecía el certificado de defunción. No lo ha encontrado, y por ello Yasser cree que su hermano sigue vivo.
Isaisma también busca a su hermano. «Mi padre se ha sentado cada día a esperarlo durante 11 años hasta que ha muerto», cuenta frente una celda en la que, tal vez, pudiera haber estado él. Los calabozos son de 5×5 metros cuadrados y, según explica, «había más de 100 presos donde cada día morían» un número incierto de ellos.
En el exterior de Sednaya, las familias esperan mientras la media Luna Roja, al fondo, las atiende. Allí está Wael, que busca a su hermano. Desapareció hace 11 años cuando regresaba a trabajar de Líbano junto a otras cuatro personas. Una de ellas, cuenta, era una mujer embarazada. No se sabe nada de ninguno de ellos desde entonces.
Otras de las imágenes, a las que ha tenido acceso RTVE, retratan cadáveres víctimas de torturas que fueron enumerados. Son los cuerpos que han aparecido y están en la morgue. Ha sido precisamente aquí dónde se han encontrado entre 40 y 50 muertos durante las operaciones de rescate iniciadas poco después de la toma de Damasco. La mayoría de los cuerpos eran de ejecuciones recientes.
Esta cárcel albergaba entre 10.000 y 20.000 presos y, en todo el país, las familias buscan a los más de 130.000 desaparecidos durante el régimen de Al Asad.