Absuelto el entrenador de fútbol femenino acusado en Córdoba de agresión sexual a una jugadora
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha absuelto a un entrenador de fútbol femenino de la capital de un delito de agresión sexual a una jugadora de 16 años del que venía acusado al entender que las relaciones fueron consentidas y no por miedo a su entrenador.
El fallo considera como hechos probados que el acusado, que contaba entonces con 31 años, en su condición de segundo entrenador, del equipo femenino donde militaba la jugadora con 16 años de edad, entabló con esta una relación sentimental a partir diciembre de 2019, concretamente con ocasión de los días que la joven iba al club a entrenar tanto de modo general como en las ocasiones que ambos tenían convenido para hacer entrenamientos de refuerzo o complementarios, según la sentencia facilitada por el TSJA a ABC.
En el curso de dichos encuentros ambos fueron tomando tal confianza que era frecuente que al término de los entrenamientos el encartado acompañase a la joven hasta su casa, existiendo asimismo encuentros fuera del club, reconocidos por la propia joven, como el día que le acompañó a hacerse la uñas o la ocasión en que, dada su condición de menor, le llamó al instituto para que el acusado, como persona mayor de edad, le acompañase a casa a recoger un libro que le hacía falta en clase.
Como algo usual de esa relación, pronto se dieron sus teléfonos y eran frecuentes las comunicaciones por medio de Whatsapp, a veces durante largas horas seguidas, a través del cual no sólo comentaban actuaciones de los partidos, sino principalmente expresaban sus deseos y reflexiones propios de una relación distinta a la de jugadora y entrenador, siendo frecuentes expresiones de cariño, conversaciones de contenido sexual y el intercambio de imágenes, él desnudo y ella en ropa interior.
Tocamientos y besos en los vestuarios
En ese contexto, y aprovechando las ocasiones que tenían para quedar a resguardo de la observación de terceros, eran frecuentes entre ellos besos y tocamientos, bien en el trayecto a los vestuarios o en el cuarto de materiales del complejo deportivo, lugar éste en que ante la presencia del acusado la joven se cambiaba de ropa.
Tras varias semanas de relación, entre finales de diciembre de 2019 y mediados de enero de 2020, fruto de su recíproco deseo hubo varios encuentros sexuales pero no consta que estas relaciones no fueran consentidas y que, en consecuencia, todo lo que hubiese sido aceptado por la joven jugadora en ese contexto sexual se debiera al miedo que tuviese al acusado.
En los fundamentos de derecho, el tribunal recoge que «los datos periféricos, entre ellos los indicios que pueden extraerse además de la testifical y de la documental (larguísimas conversaciones de Whatsapp), corroboran precisamente que todo pasó y ocurrió con consentimiento de la víctima y que la relación que ésta mantenía con el acusado era sentimental, por más que pueda llamar la atención la edad que les separaba: él, a la sazón, con 31 años recién cumplidos, y ella con 16 a punto de cumplir los 17».