El borrado del móvil del fiscal general recrudece la tensión política con un choque frontal entre Ayuso y Sánchez
El borrado del móvil del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, impulsa la tensión política en España en las últimas horas y reaviva el enfrentamiento entre la Puerta del Sol y el Palacio de la Moncloa. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, compara al presidente del Gobierno con un dictador y Sánchez exige que al fiscal le pidan perdón porque en su móvil no hay pruebas de su participación en la filtración.
Después de que la UCO no encontrara mensajes sobre el mail de la pareja de Ayuso en el móvil del Fiscal General del Estado, la popular ha llegado a asegurar que «hemos sabido que el Fiscal General borró para ocultar las pruebas». De esta manera, la presidenta madrileña acusa a García Ortiz de ocultar pruebas y señala a Sánchez como el responsable, a quien se ha referido como un «cobarde» y una persona que «ha enloquecido«.
Así lo ha afirmado en declaraciones a los medios de comunicación en la Asamblea de Madrid después de aprobar los presupuestos de la Comunidad de Madrid para el año 2025. «Se ríe de la Guardia Civil y de manera cobarde y falsa. Lo que sí tengo claro es que Sánchez no tiene vergüenza alguna. Sus declaraciones de Bruselas así lo confirman. No se puede utilizar los medios públicos ni contra ciudadanos ni contra administraciones inferiores contra adversarios políticos e intentando asfixiar a todos aquellos que discrepan», ha afirmado Ayuso.
Según la Guardia Civil el exsecretario general del PSOE madrileño, Juan Lobato, sería una de las personas que habrían tenido acceso a ese correo antes que su publicación en prensa. También en la Moncloa habrían conocido el contenido con antelación, pero en el Gobierno lo niegan.
Así lo ha sostenido el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, a preguntas de los medios este viernes. El que fuera jefe de gabinete de Pedro Sánchez en el momento en que se habría producido la filtración ha asegurado que es «absolutamente» mentira que Moncloa tuviera ese correo antes. «La noche anterior, cuatro medios de comunicación de este país publican esa información», ha esgrimido.
Una acusación que para el presidente del Ejecutivo central es «una cortina de humo». «Se ha creado una inmensa cortina de humo, que ahora se está viendo que se está esfumando», ha comentado Sánchez. Así, ha exigido disculpas para el Fiscal General. «Exijamos a aquellos que han acusado sin pruebas, que pidan disculpas», ha dicho Sánchez en una rueda de prensa en Bruselas.
Pero mientras el director de comunicación de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, llama corrupto y dictador a Sánchez y dice que ira «pa’lante». Los populares defienden que es una estrategia contra ellos. «Lo que nos toma a los españoles es por tontos», ha asegurado Gamarra, quien ha añadido que «cuando se utilizan, además, las instituciones como al Fiscal General del Estado contra el adversario político, lo que el presidente del Gobierno está poniendo en riesgo es nuestra democracia». De esta manera, desde el PP insisten en que el Fiscal General tenía mensajes, pero los borró.
Precisamente este viernes Sánchez ha sido citado por un juzgado de primera instancia para un acto de conciliación con el novio de Ayuso. Ambos están citados para el próximo 12 de febrero. Alberto González Amador ya ha anunciado que si no acude al acto presentará una querella por injurias y calumnias contra el presidente por haberle llamado «delincuente confeso».
Este mismo viernes, además, la asesora de Moncloa, Cristina Álvarez ha declarado como testigo en la causa que investiga a Begoña Gómez. A diferencia de otros testigos que han pasado por su juzgado, el juez Peinado no la ha imputado tras la declaración. Álvarez ha asegurado ante el magistrado que asistía a la mujer del presidente del Gobierno en sus asuntos personales y públicos.