Entrevista a Michelle Bachelet, expresidenta de Chile

Entrevista a Michelle Bachelet, expresidenta de Chile







Tiene una agenda muy apretada, pero la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, encuentra un hueco para recibir a Televisión Española. Es una de las figuras clave del Imperial Springs International Forum, un encuentro destinado a analizar cómo tender puentes entre la comunidad internacional y China. Lleva ya nueve ediciones y, por primera vez, se ha celebrado en Madrid. Las relaciones con Pekín son el punto de análisis porque China, cree la presidenta Bachelet, tiene un rol importante que jugar en un mundo con retos inmensos. Su papel, dice, podría ser clave en la resolución de conflictos como los de Oriente Medio o Ucrania.

«En el caso de Ucrania, hizo un intento, unas propuestas… pero no hay una mediación internacional que pueda garantizar éxito», señala Bachelet. «Ha habido varias. La del secretario general de Naciones Unidas, China o Brasil. Y ninguna ha dado resultado, lo que demuestra también la fragilidad del sistema multilateral. Es frágil, pero lo necesitamos más que nunca».

La expresidenta de Chile y vicepresidenta del Club de Madrid no esconde su defensa del multilateralismo, pero tampoco sus temores. La elección de Donald Trump, cree Bachelet, puede complicar el objetivo de mejorar las relaciones. Tanto en campaña como desde que fue elegido, Trump ha enviado mensajes de que su nueva Administración podría renovar las tensiones entre ambas potencias y algunos analistas auguran una nueva guerra comercial.

«Yo quisiera creer que no, pero no estoy segura de lo que va a pasar, porque como candidato él hizo ciertas promesas. Ha hablado de guerra comercial, de la imposición de aranceles, no sólo a China. Todavía no sabemos, y no quisiera adelantar juicios, sólo me baso en lo que he leído de afirmaciones del presidente Trump», afirma Bachelet con prudencia. «Pero ojalá no haya medidas proteccionistas para ningún país, porque los países que dependen de las materias primas se van a ver muy afectados por ellas si hay aranceles. Y si hay una guerra comercial va a afectar a países de otras regiones».

El auge de los populismos

El auge de los movimientos populistas en varias regiones del mundo representa todo un desafío para la democracia. «Yo creo que tenemos dos problemas: por un lado, una crisis de la democracia representativa. Y eso nos urge a conseguir que las democracias produzcan resultados. Cuando yo era alta comisionada (de los Derechos Humanos para la ONU) y seguíamos a esos 80 países que estaban en crisis, vimos que era justamente porque la gente sentía que sus gobiernos no le habían mejorado la vida ni social ni económicamente y que los sistemas políticos tendían a caer en prácticas como, por ejemplo, corrupción. Las democracias tienen que responder a los ciudadanos o, de lo contrario, los ciudadanos se decepcionan y empiezan a mirar a estos otros líderes populistas, nacionalistas, extrema derecha en muchas partes, que les dicen que los políticos tradicionales no han respondido y por qué va a creer usted en la democracia, cuando la democracia no le ha mejorado la vida para nada y yo tengo la respuesta. Le hablan a las entrañas. Y yo creo que la gente es razonable, pero también tiene sentimientos y hay que hacerse cargo de esos sentimientos».

Sin embargo, Bachelet reconoce que no quiere perder lo que llama «cierto optimismo estratégico». Es decir, «que los seres humanos somos capaces de darnos cuenta de lo que el mundo realmente necesita y de hacer todo los posible por buscar la solución ganadora para todos. Y que no crezcan esos liderazgos que hablan de ‘suma cero’, que en el fondo prefieren que nadie gane para que no gane uno u otro. Porque el tipo de desafíos que estamos viviendo son tan grandes y están tan interconectados que, o resolvemos juntos los problemas, o vamos a ir por un curso inadecuado».

Sin embargo, el multilateralismo, dice la expresidenta de Chile, se puede ver afectado por la irrupción de este tipo de liderazgo. «Yo creo que el multilateralismo, más que en una crisis profunda, está muy frágil. Y también con la comunidad internacional, especialmente con todos estos conflictos. La gente dice ‘¿cómo es posible que tengamos esta guerra en Ucrania y no se haya logrado nada? ¿Cómo es posible que tenga esa cantidad de muertos en Gaza y no se haya logrado nada? Y empieza a haber una especie de desafección», describe.

Los conflictos de Siria y Gaza

Conflictos como el de Ucrania o Siria sólo profundizan en esa sensación. Como alta comisionada de Naciones Unidas, trabajó durante años haciendo seguimiento de las violaciones de derechos humanos que sucedían en Siria durante la guerra. Ahora observa la situación con esperanza y cautela. «Una vio a la gente en las calles celebrando la caída de un régimen que ha durado tanto, del padre hasta el hijo… Y ojalá que de ahí pueda surgir un ejercicio más democrático», señala.

Sobre Gaza, una guerra que deja más de 44.900 muertos, Bachelet cree que «la comunidad internacional y, especialmente los poderes más fuertes, deberían jugar un rol más significativo para obtener un cese al fuego inmediato y no promover políticas e iniciativas que sólo permiten que este tipo de conflictos continúen”. Para la expresidenta de Chile, «la única solución es un acuerdo de reconocimiento entre palestinos e israelíes y el alto el fuego inmediato. Esa debiera ser la solución. Y debieran también permitir el ingreso a organizaciones humanitarias para que hagan el trabajo humanitario necesario. Una se pregunta cuánto tiempo llevará reconstruir si es que el objetivo realmente de Israel no es terminar completamente con Gaza pensando, de acuerdo a sus narrativas, acabar con definitivamente con Hamás».

Para combatir estas situaciones, la clave, cree Bachelet, es el diálogo. «El año pasado hubo el número más grande de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial. Es decir, la paz está lejos de ser una realidad para muchos, muchos, ciudadanos del mundo. Y yo soy una convencida de que el diálogo dentro de los distintos países, el entender los puntos de vista, el encontrar cuáles son aquellas líneas rojas de las cuales no se va a poder pasar, y que más vale construir acuerdos sobre aquello en lo que se puede, es siempre positivo».

Fuente: www.rtve.es