Detenida por extorsionar a más de 300 hombres tras seducirles con una imagen de IA tras una operación iniciada en Málaga
SAN SEBASTIÁN/MÁLAGA 6 Dic. (EUROPA PRESS) –
La Policía Nacional ha detenido en Azkoitia (Guipúzcoa) a una mujer de 26 años a la que se atribuyen 311 ‘sextorsiones’ a hombres a través de Internet tras una operación iniciada en Málaga. Con una enorme pericia y escasos recursos, básicamente un smartphone con una ‘app’ de montaje fotográfico y un dispositivo tecnológico de iluminación selfie, la sospechosa, que actuaba en solitario, había creado una imagen ficticia de sí misma, presentándose en redes sociales con un cuerpo irreal, obra de la Inteligencia Artificial.
Después de ganarse la confianza de los varones que contactaban con ella y, tras sonsacarles imágenes comprometidas de carácter sexual, los amenazaba con difundir tales contenidos a familiares y conocidos si no realizaban una serie de pagos a través de transferencias bancarias, según han informado fuentes policiales.
Tras la detención de la sospechosa, los ciberagentes constataron que esta habría extorsionado, al menos, a tres centenares de hombres en gran parte del país. El número de perjudicados se deduce directamente de los pagos realizados a cuentas bancarias de la investigada, figurando en los movimientos conceptos como «envío por acuerdo de parar amenaza» o «borra, por favor». Sin embargo, la mayoría de las víctimas no ha denunciado los hechos por distintos motivos personales.
La operación ‘Curvas’, llevada a cabo conjuntamente por agentes adscritos a la Sección de Ciberdelincuencia de la Comisaría Provincial de Málaga y sus homólogos de la Brigada Provincial de Policía Judicial en San Sebastián, se inició precisamente tras interponerse las primeras denuncias por ‘sextorsión’ en tales ciudades, y deducirse, tras las primeras diligencias, un cúmulo de coincidencias que llevaban a un mismo perfil denunciado.
Precisamente, una de las cuentas bajo sospecha en una conocida red social mostraba a una usuaria con más de 13.000 seguidores, lo que reflejaba, a juicio de los investigadores, una intensa actividad publicitaria de captación y establecimiento de contactos con varones.
Además, el perfil utilizado como «gancho» se mantenía en el tiempo, asegurando algunos de los denunciantes haber mantenido «directos» con la extorsionadora en Internet. Continuando con las averiguaciones, centradas tanto en el seguimiento del rastro del dinero abonado por las víctimas como en el análisis de las cuentas en redes sociales, se logró identificar a la persona que estaría detrás de las mismas, una mujer de 26 años.
La imagen de la identificada se asemejaba, en cuanto a edad y rasgos faciales, a la que figuraba en los perfiles denunciados, no en cambio el resto de su figura corporal, objeto de una gran transformación mediante el uso de la inteligencia artificial.
Finalmente, una vez se obtuvieron suficientes indicios sobre la implicación en los hechos de la investigada, se procedió a su detención y se materializó también la entrada y registro en su domicilio. En la vivienda no se localizaron equipos informáticos sofisticados, sino un smartphone con varias ‘app’ instaladas de retoque grafico basadas en inteligencia artificial y un trípode con aro de luz para autograbaciones.
En un primer análisis del teléfono intervenido a la detenida se localizaron las cuentas utilizadas por aquella en una conocida red social para contactar con las víctimas, además de las imágenes que enviaba como reclamo, corroborando que era efectivamente la autora de los hechos.
VOLCADO DEL TELÉFONO MÓVIL
Posteriormente, en comisaría se realizó un volcado de datos del terminal intervenido. Del análisis de 3.500 conversaciones a través de diferentes aplicaciones de mensajería y redes sociales, se pudo determinar una evolución en el tiempo del modus operandi utilizado por la extorsionadora.
Inicialmente, llegaría a fingir ser prostituta, instando a los hombres a contratar sus servicios por adelantado, previo pago vía bizum, aunque sin presentarse nunca en el lugar pactado. Más tarde, animaría a sus seguidores a sumarse a un canal privado de claro contenido sexual, a través de una aplicación de mensajería instantánea, igualmente previo pago, resultando ser otra estafa.
En última instancia, la investigada se centró en la ‘sextorsión’, ganándose la confianza de las víctimas y consiguiendo que le enviaran imágenes íntimas con las que posteriormente los extorsionaba bajo la amenaza de difundirlas en su entorno personal.
De forma paralela, se analizó la vía patrimonial con la que la investigada obtenía sus ilícitos ingresos, una cuenta en la que ingresaban el dinero las víctimas de la extorsión, resultando que durante ocho meses la investigada ingresó un total de 16.300 euros con su negocio ilícito.