Soy un violador, como todos los demás acusados, que lo sabían todo

Soy un violador, como todos los demás acusados, que lo sabían todo







Dominique Pelicot ha reconocido este martes en el juicio en Aviñón, en el que está acusado de drogar a su mujer durante años para ofrecerla a decenas de hombres que también abusaban sexualmente de ella, que es un violador, como el resto de acusados.

«Soy un violador, como todos los acusados en esta sala, que al venir conocían su estado», ha afirmado Pelicot desde el banquillo de los acusados. Su declaración hace referencia al hecho de que los otros hombres sabían que su mujer, Gisèle Pelicot, se encontraba en estado de inconsciencia a causa de los ansiolíticos que le daba.

De la misma forma, ha señalado a sus 50 cómplices, asegurando que todos sabían lo que estaban haciendo y eran conscientes de que ella estaba bajo sumisión química. Mientras, algunos procesados del juicio siguen manteniendo la versión de que ellos creían que se trataba de un juego sexual dirigido por ambos miembros de la pareja.

Después de más de una semana posponiendo la declaración debido a su estado de salud, finalmente ha comparecido este martes. Aunque el magistrado que lleva la causa le habría dado la opción de hacer un receso, Pelicot ha decidido continuar el proceso. Ayudado por un bastón y vestido con una chaqueta gris, entró lentamente en el banquillo de los acusados poco antes de las nueve de la mañana.

«Soy culpable de lo que hice»

En el juicio se ha presentado como un «adicto al sexo», al ser, ha dicho, una persona que contaba con varios traumas y ha recordado una violación que sufrió a los nueve años. «Soy culpable de lo que hice», ha reconocido, para asegurar, justo después, que Gisèle «no se merecía esto». Ha explicado que grababa a su mujer, porque eso le producía «placer».

Dominique Pelicot, que documentó todas las violaciones, grabadas y fotografiadas, en archivos de su ordenador, ya había admitido los hechos, pero hasta ahora no se había explicado en detalle desde la apertura del juicio.

«Tuve tres hijos, a los que nunca toqué», ha añadido en presencia de su exmujer, sentada en el banquillo de los acusadores. Pero, según la investigación, en su ordenador se encontraron fotos de su hija y de sus dos hijastras, algunas de ellas desnudas y tomadas sin su conocimiento.

«Soy culpable de lo que hice. Ruego a mi mujer, a mis hijos, a mis nietos, a la señora M. (la mujer de un coacusado, discípulo de Dominique Pelicot), que acepten mis disculpas. Les pido perdón, aunque no sea aceptable», ha pedido cuando el tribunal le pidió que respondiera. «Ella no se lo merecía, lo reconozco», ha sentenciado.

La vergüenza cambia de bando

Gisèle Pelicot ha escuchado en silencio la petición de perdón que le ha hecho el hombre con el que estuvo casada medio siglo y la violó durante una década. Dominique ha dicho que se siente «avergonzado de si mismo». Es una pequeña victoria para la víctima que decidió hacer público el juicio y mostrarse ante los medios, determinada a que «la vergüenza cambiara de bando».

A Pelicot, principal acusado de este proceso, se le acusa de haber drogado durante diez años a su mujer para que él y cincuenta de hombres la violasen en estado de inconsciencia entre 2011 y 2020. También tendrá que declarar sobre esas supuestas enseñanzas a uno de los que se sientan en el banquillo. El apodado como el discípulo habría recibido consejos de Pelicot sobre como violar a su propia mujer sometiéndola a sumisión química. 

Fuente: www.rtve.es