Mujeres que sufren maltrato en la infancia y lo normalizan, patrón de víctimas de violencia machista
La trata, otra de las violencias que sufren las mujeres y en la que trabajan los cuerpos policiales para desactivar las redes
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 24 Nov. (EUROPA PRESS) –
La psicóloga sanitaria y forense Sabrina González, reconocida con la Menina 2024 por la Delegación del Gobierno en Canarias en su lucha contra la violencia de género, observa en las mujeres que acuden a su centro un patrón que se repite en la mayoría de los casos y que se enfoca en que son víctimas de la violencia machista mujeres que sufrieron el maltrato durante su infancia y lo han normalizado.
González, que colabora de forma altruista con el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Las Palmas de Gran Canaria, trabaja con las víctimas «más vulnerables», a las que afirmó tras recibir el reconocimiento que para ella son su «cuota cero», porque son mujeres que «no tienen recursos, ni nada».
Así expuso que lo que está observando es que, en la mayoría de los casos, son personas que en la «infancia vivieron maltrato, con lo cual significa que han normalizado ese tipo de conducta, lo que ellas llaman amor», si bien los profesionales le mostrarán que «no es amor».
«Si yo he visto en mi casa como mi padre grita a mi madre, como la insulta, como la humilla, como me hace partícipe a mí, a mis hermanos, pues claro, yo ya voy creyendo que eso es lo normal, que esa es la forma de amar», apuntilló.
A ello, agregó, se une que Servicios Sociales «tienen una lista de espera tan grande y son casos tan graves que se tiene que hacer la intervención lo antes posible». Sabrina, que lleva realizando esta labor altruista desde hace tres años, indicó que ella actúa cuando el juzgado de guardia y los Servicios Sociales de Violencia de Género le avisan de que tienen casos que necesitan de su intervención.
En cuanto a cómo trabaja una vez está con la víctima, explicó que su intervención comienza con la contención emocional, porque son mujeres que «vienen con un desbordamiento emocional, han pasado por mucho, tienen miedo», y a partir de ahí empieza a abordar todo, a reprocesar cada episodio de violencia que han vivido, para después acompañarla durante el proceso judicial, que «es volver a abrir la herida que se ha ido sanando» pero sabiendo que «tienen todas las herramientas» para hacer frente a ello.
«NO» QUEDARSE PARADO
Por otro lado, el subinspector de la Comisaría de Policía Nacional en La Laguna (Tenerife) Raúl Santamaría, tras recibir la Menina 2024 con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, que se celebra cada 25 de noviembre, quiso invitar a los ciudadanos que siempre que se observe alguna situación que pueda constituir algún delito o ilícito penal, «no» quedarse parado.
Si bien en la situación que él y su mujer enfrentaron y ayudaron a una víctima de violencia de género, en su caso estaba un «poco más preparado», pudiendo actuar con primeros auxilios, pero otra persona que no tenga esos conocimientos con una «simple llamada al 112 o a la Policía o a la Guardia Civil puede ayudar mucho», así como el «quedarse con rasgos físicos, matrículas y demás para luego, en las posteriores investigaciones policiales, ayudar al esclarecimiento» de los hechos.
LA LUCHA CONTRA LA TRATA
La trata es otra forma de violencia contra la mujer y por ello entre los reconocidos por esta lucha en 2024 en Canarias se encuentran el Equipo Homicidio Personas de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial de la Guardia Civil, así como la Unidad Central de Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía Nacional en la Jefatura Superior de Canarias.
Al respecto, el inspector jefe de dicha Sección de UCRIF, David Martínez Ibor, explicó en declaraciones a los periodistas que en la unidad que lidera tienen dos grupos específicos para luchar contra la trata, uno contra las redes de trata de Sudamérica y otro en el resto del mundo, para lo que tiene grupos «especializados, con gente muy preparada», que hace un trabajo que es «muy complicado» porque la legislación y las investigaciones son «muy complejas» y a la hora de llegar a condenas penales «es difícil porque son delitos de difícil probatura».
Las investigaciones, puntualizó, son sobre trata pero también contra protestación coactiva, que es el «escalón inferior» a la trata, es decir, se produce cuando ya no se da el tráfico de personas pero sí que hay explotación sexual contra la voluntad de la mujer.
Los delitos de trata son transnacionales, matizando que normalmente se cometen en países de origen y en territorio nacional se termina la explotación o viceversa. Sin embargo, en el caso de las mujeres que vienen en patera, por ejemplo, señaló que se produce lo contrario y es que «muchas de ellas no son explotadas» en España, sino en países de destino, siendo el territorio español «simplemente un punto de paso».
Por ello se trata de investigaciones que requieren de cooperación internacional policial y judicial a máximo nivel para poder «llegar a buen puerto», lo que afirmó es una «complejidad añadida», si bien admitió que sí que cuentan con la colaboración policial e institucional necesaria.
En el caso de la UCRIF, señaló que la principal línea de actuación «siempre» es la detección de las víctimas, que «es lo más complejo», pero sin eso «no» hay posibilidad de investigación.
Tras detectar a la víctima se puede iniciar una investigación para desintegrar la red, si la hay detrás, y que concluya con una condena penal, pero «siempre sin olvidar» ese punto de protección para el que la Policía Nacional trabaja con las ONGs que se dedican a la protección de víctimas de trata con el fin de que puedan darle cobertura a la víctima una vez detectada.
En cuanto al número de casos descubiertos, consideró que «más o menos se mantiene una dinámica habitual», matizando que la «mayor parte» de casos que se detectan en el archipiélago son de víctimas, sobre todo, de Colombia y Venezuela, mientras que antes sí que había habido «algunos casos más» de países africanos como Nigeria.