Una extraordinaria persona y un tenista extraordinario
Viví la despedida entre la tristeza y la alegría de verlo una vez más. Los finales felices solo existen en Hollywood. A nivel deportivo no pudo ser pero no empaña que fue una despedida más que merecida. Era importante el resultado, pero lo era más el adiós al ídolo , a la leyenda. La gente quería verlo una vez más, y preferían verlo aunque perdiera, que no volver a verlo. Porque es un icono del deporte. Un atleta a la altura de los grandes, que traspasan barreras, son globales, y llegan a nivel social. Con un impacto total. Esa es parte de su grandeza. Se ha metido dentro de la gente por esos valores que son para todos: la humildad, ir siempre con perfil bajo, la constancia, el esfuerzo, el compañerismo. Ha sabido transmitir todo eso a través de su juego, y todo el mundo se siente un poco reflejado en él. No es solo un tenista, sino un ejemplo. Es el legado más grande que ha podido dejar: un palmarés estratosférico y, además, ser buena persona, como dijo que quería ser recordado. Pero ha superado eso con creces: ha sido un maestro. Si se presentase a presidente del Gobierno, saldría elegido, sin importar ideologías.Nos cruzamos poco como tenistas, pero sí cuando empecé a entrenar a otros jugadores. Siempre fue un chico muy tranquilo, de gustos muy moderados y muy de su gente, de su grupo, y haciendo alarde de esa humildad. Siempre muy cercano. Conmigo tuvo una relación exquisita con anécdotas que te marcan. A mi hijo le encanta el tenis y quería ir a un entrenamiento. Le pregunté a Rafa si podía ir a verlo entrenarse con Bellucci, y me dijo que encantado. Mi hijo estuvo correteando por ahí, haciendo de recogepelotas, y luego se hicieron fotos, siempre cariñoso y cercano. No era una cosa impostada, le sale así. Seguirá aportando mucho al tenis, al deporte y a la sociedad. Aunque sí habrá un vacío. Llegará la temporada de tierra, Roland Garros , y se hará raro que no se hable de Rafael Nadal. Era nuestra rutina desde hace veinte años. Es como que nos faltará algo, como que nos han quitado algo. Echaremos de menos ese vacío, pero lo recordaremos como lo que fue. Una extraordinaria persona y un tenista extraordinario.