Una visión internacional cada vez más planificada y consolidada
Un porcentaje muy alto de la exportación española corresponde a las grandes empresas. El último informe «Perfil de la empresa exportadora» correspondiente al año 2023, elaborado por ICEX, muestra que el 67´3% de las exportaciones españolas la realizan 1.034 empresas que exportan más de 50 millones de euros. «Las grandes empresas españolas están internacionalizadas. Sectores como la automoción, maquinaria, banca, telecomunicaciones, energía, construcción, textil, alimentación… Estas compañías han sabido desarrollar su negocio tanto en economías desarrolladas como emergentes y en desarrollo, adaptando su negocio a las características del mercado y sus marcos regulatorios. Sirven de ejemplo para otras empresas que buscan crecer internacionalmente», explica Julián López-Arenas, director de Competitividad de Cámara de España.
Los sectores que más apuestan por la internacionalización en España incluyen el sector agroalimentario, textil, automoción, maquinaria y equipos industriales, turismo, construcción y sus materiales, tecnología… «En el agroalimentario, por ejemplo, los productos españoles tienen buena reputación por su calidad, lo que impulsa la exportación de aceite de oliva, vinos, frutas, productos cárnicos», subraya López – Arenas. En el sector textil y moda «muchas empresas se están expandiendo globalmente siguiendo los pasos de las empresas líderes y aprovechando la marca España que estas van generando en los mercados internacionales». Además, en los últimos años se están expandiendo empresas de servicios como consultoría, ingeniería y empresas de tecnología.
Antonio Bonet, presidente Club de Exportadores e Inversores, recuerda que apostar por el exterior atrae múltiples ventajas, entre ellas la diversificación de mercados, como ya pasó con la crisis de 2008 en la que se hundió el mercado interno y las empresas vieron su tabla de salvación en las ventas al exterior. «Además, la internacionalización acostumbra a las empresas a unos estándares de producción y comercialización que hay que poner continuamente al día y que obliga a innovar, a investigar y a invertir para seguir siendo competitivas frente al resto de empresas de otros países», añade. Igualmente, las empresas internacionalizadas tienen más posibilidades de crecer, obtener mayores beneficios y competir mejor en sus mercados domésticos. «Precisamente, la competencia exterior mejora a nuestras empresas porque, entre otras cosas, las hace más resilientes cuando se enfrentan a problemas económicos o geopolíticos», matiza Bonet.
Leticia Poole, profesora de Economía y Empresa en la Universidad Europea de Valencia, habla del efecto tractor de las grandes empresas sobre las pymes. «Los principales sectores exportadores, como bienes de equipo, productos químicos y alimentación, están liderados por grandes empresas, pero también cuentan con una presencia relevante de pymes», destaca. Esto indica que las grandes empresas pueden ejercer un efecto de arrastre sobre las empresas de menor tamaño, «facilitando su internacionalización y abriendo puertas a nuevas oportunidades en mercados internacionales», añade. En 2021, las pymes representaban aproximadamente el 95% de las empresas exportadoras en España y generaban alrededor del 30% del valor total de las exportaciones. Las pymes están ganando presencia en sectores como tecnología, alimentación y moda, destacando el crecimiento en exportaciones del sector agroalimentario, especialmente en productos como aceite de oliva y vino.
Ayudas
Desde la Cámara de España señalan la existencia de organizaciones especializadas que ofrecen sus servicios de apoyo a las empresas exportadoras (Cámaras de Comercio, ICEX, organismos autonómicos de promoción exterior y asociaciones de exportaciones, junto con las Oficinas Comerciales de España en el exterior y Cámaras de Comercio españolas en el exterior). «Entre todos ofrecemos programas de formación, asesoramiento, consultoría y subvenciones. Pero es verdad que son recursos limitados. Tratamos de emplearlas de la mejor manera posible», afirma Julián López-Arenas.
El área Asia-Pacífico supone solo el 8% de las exportaciones españolas, pese a estar en el foco global
El Club de Exportadores e Inversores habla de la importancia de saber adaptarse a las características de cada mercado. «Hay que incorporar mucha inteligencia orientada a la exportación. Además de los organismos oficiales que nos ayudan, como el ICEX, y cuyo trabajo agradecemos, existen muchas empresas consultoras que tienen por finalidad asistir a las compañías en su proyecto exportador, en materia de establecimiento de delegaciones, cuestiones legales, análisis de mercados y un largo etcétera», explica Bonet. Un trabajo sobre todo importante en destinos no-europeos, «a los que hoy por hoy solamente van dirigidas el 25% de las ventas de productos españoles al exterior», matiza. En el área Asia-Pacífico, por ejemplo, se producen el 40 % de las transacciones comerciales del mundo, pero esta zona solamente representa el 8 % de las exportaciones españolas. Cree importante, a la hora de salir fuera, tener en cuenta la estabilidad regulatoria del país, así como la correcta evaluación de la capacidad de ser competitivo con tu producto. «Se añade la necesidad de contar en muchos países con socios locales, o la obligación de realizar inversiones, más allá de la mera venta del producto», resalta el presidente de esta organización. Indica también que en los últimos años hemos asistido a un cierto proceso de «desglobalización» que ha impactado negativamente sobre las cadenas de suministro, y que «se ha traducido en medidas neoproteccionistas en muchos países, lo que ha forzado a muchos exportadores a relocalizar sus centros de producción o sus proveedores regionales».
Por su parte, Leticia Poole habla de algunas dificultades que existen en la internacionalización de las empresas, como la ya referida diversificación geográfica, una vez que las exportaciones españolas están concentradas en Europa, «lo que limita el acceso a otros mercados potencialmente lucrativos». Y también la adaptación a las características de cada país una vez que «se observan diferencias en el desempeño exportador según sectores y provincias, lo que implica retos significativos de adaptación a las particularidades de cada mercado».
En su opinión, son varios los aspectos claves a tener en cuenta, como la logística y distribución. «La gestión eficiente de la logística es esencial para garantizar que los productos lleguen a sus destinos en tiempo y forma. Esto incluye la selección de proveedores, la optimización de rutas de distribución, y la gestión de inventarios en diferentes mercados. La inestabilidad política internacional ha supuesto un desvío de rutas de transporte y un encarecimiento muy notable del mismo», resalta la docente. Igualmente importante es la adaptación de productos o servicios, la estrategia de marketing y branding, la gestión de riesgos financieros y políticos y contar con un equipo capacitado y con experiencia.