Del castellano fundacional de ‘El Quijote’ a la diversidad de mujeres que pueblan el clásico cervantino
El escritor leonés Andrés Trapiello y la novelista bilbaína Espido Freire fueron los protagonistas de la jornada matutina del último día de las ‘Jornadas Cervantinas’, que se están celebrando en Castro del Río. En esas sesiones de este sábado, se profundizó tanto en el proceso de escritura de ‘El Quijote’ como en el uso del lenguaje de Cervantes y en sus personajes femeninos. Trapiello, autor de la célebre adaptación al castellano contemporáneo, definió ‘El Quijote’ como un «texto sagrado» y «fundamental» de la literatura española y se adentró en las razones que le llevaron a dedicar 14 años de su vida a la ‘traducción’ de las aventuras del célebre hidalgo manchego.
Según explicó, el motivo de afrontar esta adaptación surgió de forma paralela a la redacción de su novela ‘Al morir Don Quijote», en la que ya aparecían algunos pasajes adaptados de la obra original. Se unió a ello la sensación de que la obra, pese a «ser un libro fundacional de la novela y de la lengua española modernas», apenas había sido leído por los propios españoles.
Trapiello recordó que según una encuesta del CIS que se realizó hace más de una década solo el 20% de los consultados reconocían haber leído la obra. «El Quijote es un libro difícil y mi intención al afrontar esta adaptación al castellano actual era ponerla al servicio de la lengua española con el fin de que pudiese ser una novela para leer y no para estudiar, que para eso son las novelas», explicó el escritor.
Trapiello desgranó en su ponencia algunos aspectos fundamentales de ese arduo trabajo. «Lo hacía por las tardes y casi en secreto», avocó. Comentó las adaptaciones de diversas expresiones comunes y populares que aparecen en ‘El Quijote’ y que hoy apenas se utilizan y del modo en el que las trasladó al español actual tratando de mantener siempre el sentido original de la obra.
También explicó que en el caso de los textos poéticos que aparecen en los libros fue más conservador, en el sentido de que apenas se tocaron para mantener así el ritmo y la rima original. Como curiosidad, reveló que el proceso de conocimiento de algunas expresiones sigue actualizándose con el paso de los años. Por ejemplo, contó el caso de una expresión tan célebre como la de ‘lanza en astillero’, que durante años se entendió como lanza con poco uso u olvidada cuando más recientemente se ha descubierto que esa expresión significa ‘lanza en ristre‘ o dispuesta para el combate.
La mirada de Freire
La sesión matutina de las Jornadas Cervantinas se completó con la presencia de la escritora y filóloga Espido Freire, autora de novelas muy conocidas como ‘Melocotones helados’ o ‘Irlanda’. La autora expresó su emoción de poder celebrar «nuestro amor a la obra de Cervantes ante un teatro repleto».
La escritora explicó que ‘El Quijote’ es «una novela divertida, muy entretenida, con humor que va desde lo escatológico a lo sutil, desde la ironía abierta a la broma compasiva, pero también es una obra que demuestra una enorme compasión por todos aquellos que se han encontrado en la vida con el infortunio».
Freire, que se definió como melancólica, señalo que en su caso se queda «con el corazón prendido en los momentos en los que nadie entiende lo que pasa en su cabeza salvo Dulcinea, porque ella porque es obra de él y ha surgido para completar lo que no encuentra en el mundo, la belleza, la pureza y la entrega». Todo ello en una «sociedad cada vez más corrupta y sin máscara, un país que estaba cansado».
La escritora también explicó que en las heroínas de Cervantes se observa el fenómeno de que «ninguna es lo que parece» y hay además «una gran diversidad, desde el más alto al más bajo rango». También explicó que «todas ellas están enormemente vivas, son palpables». Marirtormes o Dorotea fueron algunos de los personajes femeninos en los que se adentró Espido Freire para evidenciar la capacidad de Cervantes para retratar la diversidad del mundo femenino en el contexto complejo del tiempo en el que vivió.