El jefe de la investigación del crimen de Samuel Luiz: «Fue una actuación grupal, inhumana y atroz»
Era una de las declaraciones más esperadas del juicio. Después de una decena de sesiones en las que han comparecido, esencialmente, testigos de los hechos, este miércoles han comenzado las declaraciones de los investigadores para tratar de arrojar luz sobre el crimen de Samuel Luiz. Y el jefe de la investigación ha detallado cómo consiguieron implicar, uno a uno, a los cinco acusados por el asesinato del joven enfermero la madrugada del 3 de julio de 2021 en La Coruña. Fue, según lo ha definido ante el tribunal del jurado de la Audiencia provincial, un crimen «grupal, inhumano y atroz».El azar hizo que este investigador estuviera de guardia el mismo fin de semana del crimen. Le alertaron de la muerte violenta de un joven la madrugada del 3 de julio y se pusieron en marcha de inmediato. «Activamos a todos el equipo de investigación, que se fue incorporando en las horas sucesivas», ha relatado a preguntas de la fiscal, Olga Serrano.Se trasladaron al escenario del crimen, el entorno del paseo marítimo de Riazor, junto a una zona de copas. Y allí mismo comenzaron a identificar a algunos testigos, mientras otros agentes de la policía científica se encargaba de la inspección ocular. Y fue Lina, la amiga que estaba con Samuel en el momento del linchamiento, quien da los primeros detalles y marca el «recorrido» y los datos básicos de la agresión.«Entre el sábado, domingo y el lunes, tomamos declaración a 15 testigos», ha relatado este coordinador policial. Son los primeros mimbres con los que arrancó la investigación, a los que ya en esos momentos iniciales añadieron otro elemento importante: imágenes de una cámara de control de tráfico de la inmediata plaza de Portugal, que les facilita la Policía Local. En ellas se aprecia el tumulto que acabó con la vida de Samuel Luiz. Lamentablemente, era una cámara de tráfico bastante antigua, cuya resolución no era la mejor. Se podían distinguir siluetas, pero no identificar a ninguno de los implicados.Con esos elementos, los investigadores se esfuerzan en preguntar a los testigos sobre la vestimenta de «todas las personas que estaban allí», en el escenario de la agresión, para cotejar esa información con las deficientes imágenes de la cámara de la plaza Portugal. Esas declaraciones se toman «con mucha cautela», ha admitido el jefe policial, porque alguno de ellos podría no estar contando la verdad. Algunos de estos testigos también son capaces de aportar «datos de participantes, nombres, descripciones o ‘nicks’ de Instagram». Y los agentes, con todo ello, van «encajando todo el puzle».Uno de esos primeros jóvenes en testificar, concretamente el número 13, fue Kaio Amaral, uno de los cinco presuntos autores que ahora se sienta en el banquillo. Se presentó en la comisaría de la Policía Nacional diciendo que quería «colaborar» con la investigación. «Nos da datos que vemos que tienen sentido», ha explicado este jefe policial. Kaio, en esa declaración testifical, apunta a los también acusados Diego Montaña y a Alejandro Freire, alias ‘Llumba’. Su entonces novia, Noah, declara en la misma línea.Primeras detencionesEsas declaraciones de Kaio y Noah fueron unas de las piedras angulares en las que se basaron las detenciones de Llumba, Diego Montaña y de Catherine Silva, novia de este último, y a quien no se señala por agredir a Samuel, sino por intentar evitar que su amiga pudiera socorrerlo. «Pero en esa declaración, Kaio también nos mintió, nos dijo que él sólo había intentado separar a sus amigos», ha recordado el jefe de la investigación del crimen de Samuel Luiz. Porque, poco después, un amigo del grupo, Óscar, «involucra a Kaio diciendo que había dado al menos una patada» a Samuel Luiz. No es el único punto en el que Kaio no cuenta la verdad: dijo también que aquella noche iba vestido con ropa que en realidad no llevaba.Detención de KaioLa comparecencia testifical de Òscar fue lo que precipitó la detención de Kaio. Porque los agentes, cuando tuvieron claro qué ropa vestía Kaio, vuelven a visionar el vídeo de la cámara de tráfico, con las imágenes ya tratadas y, por lo tanto, más nítidas, e identifican a Kaio como un joven que «se levanta, va corriendo a gran velocidad y levanta la pierna izquierda para golpear». «Eso coincide con lo que testificó Óscar», ha añadido el jefe policial. Aunque los agentes no pueden determinar «en quien impacta» esa patada porque una farola impide esa visión . «La declaración de Óscar es muy verosímil, y es el único que nos consta que también intentó separar al margen de los dos jóvenes senegaleses», ha añadido este mando policial. Por eso, la noche siguiente es cuando detienen a Kaio.Los agentes siguen intentando recopilar más imágenes y vídeos de los hechos. Reúnen las de la cámara de seguridad del pub Andén, en el que habían estado la mayoría de los acusados. Y también de un local de máquinas de ‘vending’ cercano a donde Samuel Luiz cayó desplomado. «Durante los siguientes tres meses, nos dedicamos a visionar una y otra vez todas esas imágenes para certificar quién es quién», ha relatado el policía. Y van cotejando esos vídeos con las declaraciones de los testigos. En total, fueron 54 testificales, aunque algunas de ellas repetidas.Detención de MíguezTodas esas pesquisas acaban con la detención de Alejandro Míguez, el quinto de los acusados, a finales de septiembre. Los agentes averiguaron que Míguez había mentido cuando dos meses antes, como testigo, «se desmarcaba de la acción». Les había dicho que no se había acercado al tumulto, pero los policías pudieron desmentirlo: «Conseguimos posicionarlo, se vieron muchas imágenes y pudimos coger desde que se levanta, se le ve corriendo detrás de Kaio, entra en el grupo de la agresión, donde en un momento dado sale despedido». Luego Diego, otro testigo, explicó a la policía que Míguez le dijo que no había podido «hacer nada porque lo agarró un negro» . Se refería seguramente a uno de los dos jóvenes senegaleses que intentaron socorrer a Samuel de la agresión que acabó con su vida.