El hotel de Granada que tiene una bañera nórdica con fantásticas vistas a Sierra Nevada
Esquiar puede ser una actividad maravillosa, de eso no cabe duda. Pero, francamente, ¿nadie ha pensado alguna vez en lo bien que podría estar totalmente relajado y calentito en un spa o recibiendo un masaje mientras piensa que, allí fuera, hay gente con las narices casi congeladas
Vale, ya pueden bajar la mano los muchos que han contestado que sí. Que sepan, ellos y todos los demás, que en Sierra Nevada hay un hotel que combina las dos cosas, y que probablemente por eso las lleva en su nombre: el establecimiento se llama El Lodge Ski & Spa.
Se trata de un hotel boutique, un nuevo modelo que se caracteriza por ofrecer un número reducido de habitaciones, pero todas ellas con mucho encanto y personalizadas. Lo fundamental es el disfrute del visitante, garantizar que desconecte y viva una experiencia inolvidable.
En concreto, El Lodge ofrece nueve habitaciones y 21 suites, así como una cabaña con tres dormitorios, algo separada del hotel, ideada para que se alojen en ella grupos de amigos o familias. Esta última tiene cocina y salón; es una casa en toda regla, para decirlo de otra manera.
El establecimiento lo tiene todo pensado para que, quien no quiera, no salga de allí. Salvo para ir a las pistas, claro, y en ese caso hay acceso directo. A la hora de restaurar los tejidos, hay cuatro ofertas gastronómicas: el Grill, el Sound Deck, el Bar y el Lounge. Por los nombres ya se cae en la cuenta de que allí se puede comer a mesa y mantel o de forma más distendida.
Hay un spa –lo contrario sería faltar al nombre de pila de las instalaciones- un gimnasio y lo que probablemente llama más la atención: una piscina exterior climatizada en forma de bañera nórdica que hace pensar al viajero que está en mitad de los Alpes suizos, cuando, a poco que lo piense, el suave clima mediterráneo lo tiene a muy pocos kilómetros.
Las vistas son excelentes en casi cualquier punto del hotel, pero en esa piscina exterior, o para ser más exactos en la terraza que la circunda, muestran Sierra Nevada en todo su esplendor. Y lo que se ve desde allí cuando hay nieve supera cualquier adjetivo calificativo. La estancia la completa una sauna finlandesa iluminada por luz natural y un hidromasaje.
Si por lo que sea el cliente se ve obligado a combinar ocio y negocio, si necesita trabajar durante su estancia, el hotel le ofrece soporte técnico para montar su oficina provisional. El nómada digital es tan bien recibido que hasta se le ofrece un aperitivo al mediodía.
Una vez allí, en realidad, todo es cuestión de pedir. Conseguirlo queda en manos de los profesionales, que pueden hacer cosas dentro -diseñar una cena romántica dentro de la estación, pero fuera de las pistas- o fuera. Gestionar visitas a la Alhambra y a otros puntos de Granada, o incluso escapadas a Málaga y la Costa del Sol, que son destinos algo más alejados, pero no mucho, son cosas perfectamente alcanzables.
Un «refugio sibarita», así lo calificó la revista Forbes cuando incluyó entre los mejores destinos de nieve de España. Eso de sibarita puede sonar a cosa cara, y el lujo que se ha detallado a lo largo de este artículo, también. Pero al final todo es cuestión de lo de siempre: hacer números y valorar prioridades. Después, igual llegan a la conclusión de que el homenaje merece la pena.