El gobierno alemán afronta dividido las huelgas por la crisis industrial

El gobierno alemán afronta dividido las huelgas por la crisis industrial





Silbatos, banderas sindicales y antorchas encendidas. Así comenzaban a media noche las protestas en la planta de Porsche en Stuttgart-Zuffenhausen, que se suma a la convocatoria de huelga del sindicatyo IG Metall. «Solo puedo advertir a todos los miembros de la junta y a todos los que están en la cima de la empresa: no se metan con nosotros, no se metan con la fuerza laboral de VW», amenazó entre aplausos la jefa del comité de empresa de Volkswagen, Daniela Cavallo, en la planta de Osnabrück, que también se ha unido a la huelga. Apenas expirado la tregua acordada por el sector, el conflicto laboral vuelve a paralizar la industria al inicio de la tercera ronda de conversaciones salariales, en las que Volkswagen adopta una posición de fuerza con el anuncio de sus drásticos planes de ahorro, que suponen el cierre de tres plantas en Alemania , recortes salariales y despidos masivos. Noticia Relacionada estandar No Volkswagen planea cerrar tres fábricas en Alemania y acabar con «decenas de miles» de empleos El plan incluye un recorte salarial del 10% para todos los empleados y el traslado al extranjero de numerosas actividades del grupoIG Metall exige un aumento salarial del 7% y la patronal ofrece un 3,6%, pero el telón de fondo de esta negociación salarial es la diferencia con cualquiera de las anteriores. Las empresas padecen valores de producción débiles y falta de pedidos. China adelanta ya en todos los frentes al sector automovilístico alemán, pilar de la industria germana y, lo peor de todo, no hay a la vista indicador alguno que permita prever una recuperación de un sector estrangulado por los precios de la energía. Sólo hay un factor que preocupa todavía más a todos los implicados: la incapacidad del gobierno alemán para ponerse de acuerdo consigo mismo. El canciller Olaf Scholz ha convocado a una «cumbre económica» de urgencia a los representantes de los sindicatos y la patronal, en busca de medidas rápidas. Pero la discordia en el seno de su «coalición semáforo« ha llegado a tal nivel que a la cumbre no están invitados ni su ministro de Economía, Robert Habeck, miembro de Los Verdes, ni su ministro de Hacienda, el liberal Christian Lindner. «Me hubiera gustado asistir, pero el canciller lo ha considerado de esta manera», se ha quejado Lindner, que por su parte ha organizado una «cumbre alternativa« y ha invitado a representantes de asociaciones empresariales y medianas empresas a una charla con su grupo parlamentario. Habeck, que propone un fondo estatal alemán para promover nuevas inversiones en empresas al que so opone Lindner, ya organizó su propia «cumbre industrial« a finales de septiembre, que acabó sin acuerdos ni anuncios, como se espera que terminen las dos que hoy se celebran. El líder de la oposición, al frente de la conservadora CDU, Friedrich Merz , ha declarado por su parte que «nosotros estamos en contacto constante con los agentes económicos y no necesitamos improvisar cumbres para saber cómo están las cosas» y ha pedido al gobierno «un mínimo de unidad«. »Lo más urgente es que dejen cuanto antes estos juegos de Kindergarten y se ocupen de la economía, no desde la idolología sino desde la necesidad«.Los principales representantes empresariales instan también a la coalición a acordar un enfoque común para estimular la economía, que por segundo año cerrará diciembre en recesión técnica. «Los datos económicos nos llaman a darnos prisa», afirma Jörg Dittrich, presidente de la Asociación Central de Artesanos Alemanes, «es necesario un plan de gobierno común, coherente y coordinado, sin tácticas partidarias o de campaña electoral fragmentadas». Los empresarios conceden prioridad a la necesidad de un concepto de política económica que sea apoyado en su totalidad por el gobierno. « No hay tiempo para este teatro« , ha criticado también el presidente regional de Renania-Norte Westfalia, Hendick Wüst. El director general de la Cámara de Comercio e Industria de Alemania, Martin Wansleben, lamenta que «la mala economía ha afectado plenamente a las empresas y ningún debate general ayudará ahora, sólo medidas concretas: en primer lugar, decidir sobre el presupuesto federal, en segundo lugar, acelerar finalmente la planificación y, en tercer lugar, implementar concretamente la iniciativa de crecimiento». Desde la asociación de ingenieros mecánicos VDMA, su director general Thilo Brodtmann advierte que, «además de los aspectos económicos, la cumbre también debería abordar los desafíos estructurales que actualmente obstaculizan las inversiones y la innovación en Alemania y Europa«. En el ámbito de los impuestos, menciona la reducción de la burocracia y la escasez de trabajadores cualificados, que no requieren grandes desembolsos financieros. »Si el gobierno federal agrupa todo esto en un solo paquete, sería una señal importante de que los problemas de la economía se están tomando en serio y sería un verdadero estímulo para el ánimo«. El presidente de la Asociación Federal de Profesiones Liberales, Stephan Hofmeister, ha dicho que «no hay tiempo para bromas partidistas» .

Fuente: www.abc.es