«No hay semana que no me recuerden el ‘trata de arrancarlo’, pero logré convertirlo en algo positivo»

«No hay semana que no me recuerden el ‘trata de arrancarlo’, pero logré convertirlo en algo positivo»




Al borde de la edad de jubilación, Luis Moya (La Coruña, 1960) se mantiene en una forma excepcional. Ha convertido el deporte, en especial la natación, en su razón de ser. Siempre positivo, sonríe ahora con más fuerza tras ser designado capitán y abanderado de la selección española en los FIA Motorsport Games, los Juegos Olímpicos del automovilismo, que se celebrarán en Valencia a partir del miércoles 23.

-Capitán y abanderado de la selección española en los Juegos Mundiales del motorsport. ¿Cómo lo vive?

-Recibí una llamada hace unos meses de la Federación Española, me ofrecieron esta oportunidad y no lo dudé ni un segundo. Soy muy español, así que no me pudieron hacer un mejor regalo. Es un orgullo tremendo representar a nuestro país. Y además, en Valencia. Tenemos que presumir mucho de esto. No sé si se van a volver a hacer en España. Desde luego, yo no lo voy a volver a ver.

-Tratan de dar una pátina olímpica a un deporte, en principio, muy alejado de ese mundo. ¿Cuajará?

-Si me llegas a hacer esta pregunta en 2019, cuando se hizo la primera edición en Roma, a lo mejor tendría ciertas dudas. Hoy no tengo ninguna. Va a cuajar. ¿Por qué? Porque ese primer año había seis disciplinas y en Valencia serán 26. En poco tiempo ha subido mucho. Igual faltan grandes nombres, pero en el futuro habrá más. Tirará para arriba.

-¿Cómo es el día a día de Luis Moya?

-Haciendo mucho deporte. Entreno mucho. Acabo de terminar una travesía de natación en aguas abiertas. Es lo que más me gusta. Correr no, porque tengo la espalda fastidiada. Solo corro si me persiguen. El deporte me mantiene bien. No soluciona los problemas, pero ayuda a afrontarlos. Tengo una vida bastante cómoda y el deporte me ayudar a pensar, a hacer las cosas bien, a tomar buenas decisiones.

-Es muy competitivo, pero no sé si alcanza el nivel de Carlos Sainz…

-Es imposible ser más competitivo que Carlos. Cuando empezamos en el Mundial de rallys no se hacía preparación física. Él y yo fuimos los primeros. No era agradable porque estábamos diez o doce horas en el coche y cuando llegábamos al hotel nos poníamos unas bambas y salíamos a correr los dos. Él es más esprinter, tiene más final que yo. Hacíamos diez kilómetros, y yo sabía que si le quería ganar tenía que dejarlo a un kilómetro del final. Tenía que apretar el ritmo y mirar si se iba fatigando. Si no, en el esprint me ganaba siempre. Luego nos dábamos un abrazo y a descansar. Él me enseñó a competir y a trabajar duro. En la vida, por mucho talento que tengas, y Carlos lo tiene, hay que tener también capacidad de trabajo. Cuando juntas las dos cosas no existe el fracaso. Solo viene cuando dejas de esforzarte. Y esto con Carlos nunca sucedía. Una cosa es perder y otra que te ganen. Se pierde cuando no te entregas a fondo o no lo das todo. A Carlos y mí nos han ganado muchas veces, porque el rival también cuenta, pero hemos perdido muy pocas.

-Le he escuchado decir que el famoso episodio del ‘trata de arrancarlo’, que les costó un Mundial, no lo considera un mal recuerdo.

-Si fuese un mal recuerdo sería terrible, porque el año pasado se cumplieron 25 años de aquello y no hay semana en la que no me lo recuerden. La gente me conoce por la voz y cada vez que me subo a un taxi me sueltan la frase. Como a todo, traté de darle la vuelta y logré convertirlo en algo positivo. Ese día, cuando abrimos el capó del coche había un agujero así de grande en el motor (hace un gesto con las manos abiertas). Pensé: ‘eso no va a arrancar en la vida’. Pero me quedo con que la primera reacción fue tratar de arrancar. Intentar llegar al final. Y no solo yo dije ‘trata de arrancarlo’, sino que Carlos se metió dentro del coche y lo intentó. Sabíamos que no iba a arrancar, pero lo intentamos y hasta el final dimos todo lo que teníamos. Esa vez nos ganaron, pero nosotros no perdimos.

-Y si aquello no es un mal recuerdo. ¿Cuál lo es?

-Tengo malos momentos, como todo el mundo. Pero soy tan tremendamente positivo de que me convenzo de que las cosas me van a salir bien. Si voy en el coche y me dicen que no va a haber un sitio para aparcar. yo les digo que sí y acabo encontrándolo. Tienes que creerte que las cosas van a salir bien.

-Han pasado más de veinte años de su retirada y la gente le sigue recordando. ¿Qué vale más, aquellos dos títulos mundiales o el cariño que le siguen demostrando?

-Hombre, tengo un gran recuerdo del primer título, sobre todo. Del recibimiento cuando llegamos a España. Y a Carlos le pasa lo mismo. Pero ahora los homenajes se ven de otra forma, ya sin estar en la vorágine de la competición. Yo me siento muy querido, y por lo tanto muy feliz.

-Cerró su ciclo de copiloto con Sainz y, salvo excepciones, aparcó esa etapa.

-Probablemente haga algo con Carlos algún día. Muchas veces, cuando hablamos, me dice ‘Luis, tendremos que hacer un rally juntos’. Él ya sabe que al Dakar nunca quise ir. Y me lo pidió varias veces. Pero hacer un rally con él me encantaría. El día que me diga ‘Luis, mira que ya no voy al Dakar o que me apetece hacer un rally de clásicos’, yo encantado de la vida. Físicamente estoy bien, por lo tanto, me gustaría mucho.

-Lo de Carlos con el próximo Dakar ya es rizar el rizo… ¿Podrá con este nuevo reto?

-No tengo ninguna duda, porque no habrá otro piloto mejor preparado que él. En septiembre ya empieza a planificar todo, incluso la alimentación. Lo cuida todo muchísimo. Y cuando se sube a un coche lo hace ganador. No va a ser fácil que gane este año, pero seguro que hay una segunda opción. No sé si habrá muchas más porque él dice ya que le está llegando el final.

-Se retira Nadal, pero está Alcaraz. ¿Habrá algún día otro Sainz en el mundo de los rallys?

-Carlos Sainz ha habido uno y no habrá otro igual. Pero vendrá alguien, porque además en España tenemos una cantera de deporte extraordinaria. En el automovilismo se está viendo.

Fuente: www.abc.es