19 horas para ocultar el cadáver
La investigación para esclarecer la muerte en Madrid de Ana María Henao, de 40 años en el momento de su desaparición, avanza a la espera de que la Corte de Miami (Florida) celebre el juicio contra su exmarido, David Knezevich, conocido como Dusa, de 36. La vista oral, que había sido postergada para este 21 de octubre, ha sido de nuevo aplazada. La nueva fecha para su inicio será el 10 de febrero de 2025, lo que, sin duda, supone un balón de oxígeno para la Policía Nacional española, habida cuenta de que el único cargo del que se acusa por ahora al serbio es de secuestro, y no de homicidio o asesinato, al no haber sido hallado el cuerpo de la mujer, colombiana pero con doble nacionalidad, también estadounidense.
La pareja había residido en Norteamérica hasta el fin del matrimonio, cuando ella se mudó a España para buscar una nueva vida. Lo hizo en un piso que había alquilado el 5 de enero en la calle de Francisco Silvela, 65, lugar en el que los investigadores de la Brigada de Homicidios y Desaparecidos de la UDEV Central sitúan el escenario del crimen, la noche del 2 de febrero de 2024. Los agentes creen que la mató por asfixia y que trasladó el cadáver en su viaje de vuelta a su país en coche de alquiler desde Madrid hasta Belgrado.
El resultado de los análisis pormenorizados de los repetidores de telefonía móvil de España, Francia, Italia, Eslovenia y Croacia, territorios que cruzó en ese periplo el acusado, sitúan que lo más probable es que se deshiciera de su exmujer, ya fallecida, en una zona del norte de Italia. De hecho, portaba el teléfono móvil de ella durante la primera parte de la escapada y ese mismo peritaje, al que ha tenido acceso ABC, puntualiza que el terminal de Ana María dejó de emitir señal ya entrados en Francia; esto avala la tesis de la Policía Nacional de que el presunto uxoricida se llevó los restos de la víctima y aquellas pertenencias que podrían arrojar más evidencias, como el móvil, desde el que, además, envió varios mensajes haciéndose pasar por ella y pretendiendo hacer creer a sus allegados que se trataba de una fuga voluntaria de la mujer.
La UDEV Central, como adelantó este periódico, solicitó una serie de comisiones rogatorias a los países implicados en el caso y el juzgado de Violencia sobre la Mujer número 9 de Madrid emitió una orden europea de investigación el pasado 5 de junio.
David salió hacia España el 30 de enero de 2024 y cruzó la frontera de Serbia con Croacia a las 17.47 horas de ese día. Cruzó el paso de La Junquera entre las 11.31 y las 11.51 del 1 de febrero. Tomó la A-2, hacia Madrid. Entre las 21.52 y las 22.50 se le posicionó en el lugar donde robó las matriculas de un coche, Alcalá de Henares, que luego fueron detectadas en Torrejón de Ardoz a las 22.58 horas. Se sospecha que alojó precisamente en los apartamentos Suites Aeropuerto, en la calle de Campezo, justo al lado de esa autovía, muy cerca del centro comercial Plenilunio. La Policía establece que el crimen se cometió entre las 21.27 y las 23.59 horas del 2 de febrero.
A las 22.05, iba con casco de moto, chaqueta reflectante y un cubrecuello, y aprovechó que salía un vecino para colarse en la finca de Francisco Silvela, 65. Bajó a la zona de contenedores con una bolsa en la mano y un spray que había comprado en Coslada y que utilizó para tapar la cámara. Pero no la cubrió entera y más adelante se aprecia cómo las luces del portal se encienden y entra con la misma vestimenta. Ana María llevaba en su casa desde las 14.20 de esa tarde.
Tras estrangularla y al ser una mujer muy menuda (apenas 1,52 metros), la introdujo en una maleta, la cargó de nuevo en el Peugeot y tomó la carretera. Horas después, abandonó España utilizando la frontera de La Junquera (Gerona), siempre por vía terrestre y con el coche alquilado en Serbia a finales de enero. Por un lado, el móvil estadounidense de Ana María (tenía otro con número español) tuvo 16 llamadas entre las 13.50 y las 14.07 del 3 de febrero, horas después de su muerte, detectadas por tres repetidores franceses. Catorce de ellas, en apenas 4,6 kilómetros de distancia, entre el deposito municipal de Les Pierres (Villetelle) y Route de Congenies (Plaisance). Las otras dos corresponden al área, muy cercana, de Chemin de Pascalet (Les Gres). Doce son llamadas salientes y cuatro entrantes. Es más, también aparece en el registro de conexiones por bluetooth del Peugeot 308 arrendado por David, con el que hizo todo el viaje.
En cuanto a los teléfonos que tenía David (tres) coincide con que uno de ellos, el que llevaba activado en su viaje de vuelta, permaneció encendido ese 3 de febrero en territorio francés; pero es que, además, coincidía geográficamente durante el mismo tiempo que el número de Ana estaba también en uso. Es decir, que el investigado portaba el terminal de su exmujer. Es más, el análisis de geolocalización telefónica apunta a que hubo cuatro puntos de encuentro entre ambas líneas de móviles en Francia y en ese periodo: entre las 13.50 y las 14.15 horas.
Mensajes falsos
Estas sospechas las confirman los mensajes enviados por el investigado a través del teléfono de la víctima. Según los repetidores franceses, David mandó a través de WhatsApp a las amistades de ella, haciéndose pasar por Ana, el siguiente texto a una de las allegadas, Sanna, el 3 de febrero a las 14.03: «Conocí a una persona muy chévere. Tiene una casa de recreo a unas 2 horas de Madrid. Ahora nos vamos y pasaré unos días allí. Aunque apenas hay señal. Te marco cuando vuelva». Al parecer, le pidió a una exnovia que le redactara el mensaje en español previamente para luego remitirlo él, según declaró esta misma persona.
A las 16.16, otra amiga de la desaparecida recibió un WhatsApp aparentemente de Ana María Henao, en el que justificaba su ausencia. Era el mismo texto que el anterior, pero en inglés. Pese a ser una hora distinta a la que el teléfono de la ex de David estaba conectado en el repetidor francés, esto puede deberse, a juicio de los investigadores, a que el intercambio de datos se produjo por una conexión del móvil a una red wifi o que el propio David compartiera sus datos con el teléfono de Ana María que él mismo portaba.
Llegamos ahora al punto más interesante para las pesquisas: el recorrido por Italia. Ya en ese país solo se detecta el terminal del sospechoso, no el de su víctima. Pues bien, desde las 18.55 horas del 3 de febrero hasta las 6.55 del día 4, el dispositivo aparece georreferenciado en la provincia de Turín, concretamente en la localidad de Segnalonga-Cesana Torinese. Es decir, que permaneció allí durante 12 horas y luego se desplazo hasta Gorizia, en la zona norte del país, camino a Eslovenia.
La Policía se reafirma en que ese trayecto en condiciones normales habría tardado en realizarlo en coche unas ocho horas y media, pero lo hizo en 27 horas y media prácticamente. «Esa diferencia horaria [19 horas de diferencia] lleva a plantear que existen indicios suficientes para considerar que el investigado pudiera haber llevado a cabo la desaparición del cuerpo de Ana María durante ese trayecto y, por ende, el estudio de los posibles lugares susceptibles de ocultarlo», explica el informe.
De hecho, la UDEV Central viajó hasta Vicenza, concretamente a una zona boscosa y alejada de la ruta principal de Knezevich para regresar a Belgrado y que era compatible con un posible escondite del cadáver. Con la colaboración de la Policía italiana, Bomberos y Proteccion Civil se rastreó toda el área, pero la tarea resulto infructuosa.
El rastro en Eslovenia ha perecido, pues solo se almacenan los registros durante tres meses y, en cuanto a las operadoras de telefonía croatas, ya se detectan las tres líneas de David Knezevich. La estadounidense es captada entre las 16.13 y las 17.29 horas en sentido a Belgrado. Otra segunda línea, serbia, es registrada a las 18.10, durante apenas 16 segundos; y la tercera, de prepago, estuvo activa entre el 28 de enero de 2024 y el 3 de mayo pasado. Fue el número de contacto que dio cuando acudió a alquilar el Peugeot 308 en la empresa Zim Tours de su ciudad natal. Solo fue monitorizado en territorio croata, sin obtenerse resultados en Italia, Francia ni Eslovenia.
Coartadas prefabricadas
La tesis policial es que lo dejó en Zagreb durante todo el periplo de ida y vuelta para fabricar una coartada que lo mantuviera alejado de España y, por tanto, de Ana María. Es más, él siempre ha sostenido que jamás ha estado en nuestro país, después de ser arrestado en el aeropuerto de Miami por el FBI, tras regresar a Florida desde Serbia.
Todo apunta a que tenía el crimen perfectamente planeado. Para apuntalar su mentira, informó a su madre de que viajaría el 30 de enero a Zagreb para recoger unos altavoces y que luego conduciría a Montenegro: «Mi hijo también me dijo que iría hasta el mar y me envió unas fotos desde la costa. Sé que estuvo en el mar en Montenegro, no sé dónde más estuvo», declaró la mujer a la Fiscalía de Belgrado.
Para apuntalar toda esta coartada, Knezevich se mantuvo en contacto con gente de su entorno por WhatsApp mediante su línea telefónica de Estados Unidos, entre otros con su primo Oliver, el 31 de enero con un mensaje y el 1 de febrero con una llamada. Sospechan que accedió a esa aplicación de mensajería instantánea a través de una tablet o un ordenador, simulando que estaba en la capital de Croacia.