60 años de un símbolo del Japón moderno
Los trenes Shinkansen (‘Nueva Red Principal’) de alta velocidad comenzaron a circular entre Tokio y Osaka a las 6.00 de la mañana del 1 de octubre de 1964, anunciando una nueva era para los viajes en tren a medida que Japón se convertía en una superpotencia económica después de su derrota en la Segunda Guerra Mundial. El mundo se quedó asombrado cuando descubrió su silueta y su velocidad unos días después, durante los Juegos Olímpicos de Tokio que se celebraron del 10 al 24 de octubre. Por primera vez en la historia un tren circulaba a más 200 km/h (210).
El proyecto de estos trenes se remonta a la posguerra, con el plan para el shinkansen del Tōkaidō (1957), aunque muchos crítico auguraron entonces el declive del tren antes el avance de la aviación. Las obras empezaron en 1959, y, con la perspectiva del tiempo, lo cierto es que la red se ha ido expandiendo hasta cubrir una decena de líneas con más de 3.000 km (un ejemplo: el 10 de marzo de 1975 comenzó a funcionar el shinkansen de Sanyō entre Okayama y Hakata) y el tren se ha consolidado como un símbolo nacional.
Cada día, actualmente, casi un cuarto de millón de pasajeros viajan en la línea Tokaido Shinkansen, que se extiende desde Tokio pasando el Monte Fuji -una imagen icónica- hasta Hakata a unas cinco horas de distancia. Esta línea cuenta con tres servicios, Nozomi, Hikari y Kodama, según tengan más o menos paradas. Nozomi llega más rápido, y es el único servicio shinkansen que no está cubierto por el Japan Rail Pass.
A 320 por hora
Según la Central Japan Railway Company, nunca ha habido un accidente que haya resultado en muerte o heridos en el tren bala, incluso en un país donde los terremotos, los tifones y las fuertes nevadas son comunes.
Con rutas que abarcan todo el país, la velocidad máxima del Shinkansen es de 320 kilómetros por hora, que ya no es la más rápida del mundo, superada por China (el Tren Maglev en Shanghai es un tren de levitación magnética que realiza recorridos comerciales y alcanza una velocidad de 431 kilómetros por hora). Sin embargo, más allá de la velocidad, el morro aerodinámico y los espaciosos interiores del tren bala siguen siendo un símbolo de la destreza de la ingeniería japonesa y la atención al detalle.
El tren se ha convertido en una visita obligada para los turistas y un pilar de la cultura pop, como en el éxito de taquilla de Brad Pitt ‘Bullet Train’ (2022) que se desarrolla en la ruta Tokaido Shinkansen.
La compañía dice que siguen un meticuloso programa de mantenimiento que implica que los trenes están relucientes por fuera y por dentro, con limpiadores ajustando los reposacabezas y usando cepillos para asegurarse de que los asientos estén libres de migas.
En algunos países, los retrasos de los trenes significan que hay poco tiempo para ese proceso, según explica a Afp Christopher Hood, autor del libro: ‘Shinkansen: From Bullet Train to Symbol of Modern Japan‘. En la red de trenes bala, el retraso promedio es de menos de un minuto.
El impacto en la economía
El crecimiento de las ciudades a lo largo de las rutas del Shinkansen a lo largo de las décadas muestra su impacto en la economía de Japón, donde «el negocio cara a cara es muy, muy importante», añade a Afp Hood, investigador de la Universidad de Cardiff, en Gran Bretaña.
Al mismo tiempo, el tren ha contribuido a acelerar la despoblación en el Japón rural, según Hood, dejando a muchas personas mayores aisladas.
«La gente prefiere vivir en las grandes ciudades… y luego utilizar el Shinkansen para ir a visitar a sus familiares en ciudades más pequeñas si es necesario».
Según JR East, la Compañía de Ferrocarriles del Este de Japón, los trenes bala sin conductor podrían introducirse a partir de mediados de la década de 2030.
También hay un enorme proyecto en marcha para construir una línea de levitación magnética de alta velocidad en Japón, que se ha retrasado mucho debido a la oposición ambiental.
Los trenes de levitación magnética, que pueden circular a 500 kilómetros por hora, debían empezar a funcionar entre Tokio y Nagoya, en el centro de Japón, en 2027, pero JR Central ha retrasado esta fecha hasta 2034 o más tarde. El objetivo es crear un «sistema dual» con el Shinkansen, para responder a la demanda y mantener las operaciones estables en caso de trabajos de mantenimiento o un gran terremoto.