1.000 euros por una hora

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David Summer estaba ayer emocionado en la prueba de sonido de Paul McCartney, poco antes de que el ex de los Beatles ofreciera el primero de sus dos conciertos en el WiZink Center de Madrid. El cantante y bajista de Hombres G, un seguidor «loco» de los de Liverpool desde hace décadas, hizo las veces de corresponsal infiltrado de ABC en este pase especial previo para seguidores VIP, en el que los periodistas no tenían permitida la entrada.

«Ha empezado con retraso porque parece que el hombre estaba pachucho. Hasta ha venido un médico a verle, pero la verdad es que luego ha salido y ha cantado de puta madre. Mejor de lo que esperaba, porque había visto vídeos de esta gira y le veía cascadillo. Pero ha estado muy bien», comenta el músico.

McCartney anunció estas dos actuaciones en julio y las entradas volaron pocos minutos después de salir a la venta, como era de esperar: 45 euros las más baratas y 165 las más caras. Como ya hizo en otras giras, sin embargo, incluye una tercera opción al alcance de unos pocos seguidores afortunados y con posibilidades: un pase especial de 1.000 euros que incluía, además de un asiento VIP para el concierto posterior, una camiseta, una lámina de la gira y, sobre todo, acceso a la prueba de sonido.

Esta entrada privilegiada ha sido bautizada como ‘Hot Sound Packages‘ y acaba siendo una actuación más, de 60 minutos, que el ex de los Beatles se casca, a sus 82 años, una antes del gran evento. Cuenta el de Hombres G que ya lo ha visto en tres ocasiones. La primera, en 1986, y la última, en 2016, en la que también fue invitado a la prueba de sonido. «¡Mañana también vendré!», exclama.

Efectivamente, la prueba de sonido estaba anunciada a las 17.00, pero McCartney no apareció hasta las 18.30. «Se ha retrasado la apertura de puertas una hora. No sé qué le habrá dado el médico, pero ha aparecido muy bien. Seguro que el concierto es genial», asegura Summers poco después de terminar la prueba de sonido, que comenzó con cinco minutos de improvisación con el exBeatle a la guitarra y no al bajo.

A continuación interpretó, en un ambiente más íntimo, un montón de canciones que no sonaron en el concierto posterior. Un repertorio que incluyó ‘Blue Suede Shoes‘ y ‘Matchbox‘, compuestas en la década de 1950 por Carl Perkins, que influyó mucho en los Beatles. Luego ‘Coming Up’, de su álbum ‘McCartney II‘ (1980), y ‘Day Tripper’, que escribió junto a John Lennon en 1965, uno de los primeros sencillos.

McCartney acabo su pequeña actuación con ‘Ram On’, saludando a los seguidores. «Muy majo Paul, como siempre», apostilla Summers, que reconoce que Hombres G hace los mismo con sus seguidores… «pero a 300 pavos».

Fuente: www.abc.es